Más allá de que su canasta ganadora y sobre la bocina le convirtiera el pasado domingo en el héroe del día, Ante Tomic volvió a demostrar contra el Fuenlabrada que durante este curso es -con diferencia- el mejor jugador del FC Barcelona y la única estrella blaugrana que siempre ha rendido a buen nivel a lo largo del mismo.
Frente a un Lorbek discreto, un Huertas que arrancó timorato o un Navarro lastrado por las lesiones, el baloncestista croata ha hecho de la regularidad su sello y los números así lo reflejan. Autor de 6.57 rechaces por encuentro, el ex madridista es el cuarto mejor reboteador de la Liga Endesa, donde también ocupa ese mismo puesto en el ranking de valoración (16.1). Asimismo, es el octavo máximo taponador del campeonato (1.05 ‘chapas’) y el mayor anotador de su equipo, con 12.6 puntos por partido.
Cifras que mejoran los promedios obtenidos en la campaña 10/11, cuando -justa o injustamente- fue elegido miembro del quinteto ideal, y que no difieren mucho si los comparamos con los cosechados en Euroliga. En el torneo continental, el balcánico firma 11.4 tantos por noche, siendo el sexto jugador más valorado (15.9) y, de igual manera, el sexto baloncestista que más rebotes captura (5.9).
Así pues, y según lo demostrado hasta ahora, debe calificarse como exitoso su fichaje por el conjunto catalán, donde Xavi Pascual ha sabido explotar sus virtudes en un sistema que -a diferencia del de Laso- implica más a los pívots. ¿Mejor o peor pizarra? Sin duda, diferente, aunque los resultados avalan a ambos técnicos.
Con habilidad para doblar la pelota, no solo es que Tomic reciba más balones, sino que además el croata posee cierta capacidad de pase desde el poste bajo de la que el Barça saca jugo, como en su día lo hizo Ettore Messina. Sin tener la visión de juego propia de un Vlade Divac, el ex madridista sigue repartiendo 1.3 asistencias por choque, que si bien no son muchas, hace languidecer en la comparación a las 0.4 de Hettsheimeir y a las 0.2 de Begic.
Por si fuera poco, y pese a que Creus se cubrió las espaldas el pasado verano contratando a Jawai, el balcánico también ha evolucionado atrás, favorecido por unos esquemas donde la defensa colectiva adquiere mayor protagonismo. Incluso, Tomic se ha adornado con 18 mates en lo que va de temporada -en todo el curso anterior hizo 10-, lo que ayuda a difuminar su fama de ‘blando’.
Sin olvidar que su rendimiento en el Real Madrid fue de más a menos, el pívot ‘se salió’ en la única cita importante que ha jugado con la camiseta azulgrana, promediando 14 puntos y 7.6 rebotes en la Copa del Rey, con 20+11 frente a sus ex.
¿Error de la escuadra blanca dejarlo marchar? Al margen de la decepción de Vitoria, los resultados dicen que no y viendo el uso que Laso hace de la pareja Begic-Hettsheimeir, nada hace indicar que Tomic fuera a tener esta campaña un papel más preponderante como ‘center’ que es. Asimismo, las sensaciones que desprendió en sus últimos meses como merengue evidenciaron que su ciclo en la capital estaba agotado y que toda resurrección pasaba por un cambio de aires.
Por ello, y en opinión de quien suscribe, el Madrid hizo bien en no mantener a un baloncestista caro del que no podía sacar más rendimiento, pues la historia está repleta de renovaciones que resultaron catastróficas solo por miedo a reforzar a un rival directo, en vez de pensar en las necesidades propias. Es lo que los estadounidenses denominarían un ‘win-win’ de manual, del cual nos beneficiamos todos los espectadores neutrales.
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