El Real Betis va a más con un triunfo tras prórroga en Málaga; el Manresa no falla en Donostia

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ACBPhoto/Pozo

Durante 38 minutos el Betis tuvo grandes ventajas de entre 8 y 14 puntos, incluso parecía sentenciado el choque al estar con un 88-98 a dos minutos para el final. Pero el Unicaja remontó, el equipo sevillano no aprovechó además la última bola y hubo prórroga. Se puso con un 109-104 arriba el cuadro local pero en el minuto y medio final remontaron a su vez los de Joan Plaza. Un triple de Feldeine a 11 segundos resultó decisivo pues en el ataque siguiente la perdía Brizuela, hubo personal en el último segundo y quedó sellado el triunfo visitante, segundo consecutivo para el cuadro hispalense.

111 – Unicaja (22+22+26+28+13): Fernández (25), Alonso (6), Bouteille (13), Thompson (11), Guerrero (12)- cinco inicial- Brizuela (12), Ferrari (6), Sánchez (-), Abromaitis (11), Waczynski (11) y Gerun (4).

114 – Coosur Real Betis (24+30+28+16+16): Campbell (25), Borg (11), Ouattara (4), Kay (8), Jordan (2)- cinco inicial-, Randle (9), Almazán (5), Feldeine (20), Ndoye (25), Torres (5) y Spires (-).

En Donostia, el Manresa no falló en su visita al colista y se impuso aun viendo seriamente recortada su amplia ventaja en el último cuarto:

71.- Acunsa Gipuzkoa Basket (19+18+11+23): Faggiano (2), Dee (9), Radoncic (17), Tomás (9), Echenique (12)- cinco inicial- Francis, Okouo (2), Span (13), Motos, Magarity, Olaizola, Oroz (7).

78.- Baxi Manresa (19+25+23+11): Martínez (3), Dani Pérez (11), Vaulet (13), Hinrichs (2), Sajus (8) – cinco inicial- Peñarroya, Báez (9), Tabu (5), Janning (11), Dulkis, Sima, Eatherton (16).

GlobalSun

1 Comentario

  1. Pues peligra seriamente la copa. Y ya no sirve que no vea los partidos. Se rompió la superstición. En la era Casimiro es siempre igual, hay un poco de juego brillante y ya luego todo es lo mismo. La nada. Leo las crónicas y leo lo que ya se intuía al final de temporada pasada y el inicio de esta: no hay defensa y en ataque todo es uno contra uno y tirar triples. Una pena que el carpena esté vacío y no oigan los abucheos.

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