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Chapuli está despedido y su caso cerrado: la asamblea del miércoles ya es sobre si Beto Agustí se impone y manda en la ACB o no

La situación ha cambiado mucho en la última semana en el interior de la ACB. La decisión de su director general, Beto Agustí, de destituir a Alberto García Chapuli como director de arbitraje no tiene vuelta atrás y no es un tema a votar. No se ha oficializado pero sí es un cese asumido por los clubs. Algunos siguen incidiendo en que Agustí no tenía poderes para tomar un paso como éste, pero en realidad sí puede y tenía argumentos para ello.

Según varios clubs, y así quedó reflejado en esta web, las formas y tempos seguidos por Agustí en esta decisión han sido equivocados. Pudo informar antes o a más clubs, pero después sí ha hablado con varios de ellos y les ha dado sus motivos. Por cierto, varios de ellos nacidos de las propias críticas de esos mismos clubs al estamento arbitral en el último año. Pero esta queja a su falta de información merecerá un reproche de algunos clubs, que nadie espere que suponga votos para proponer su despido.

Por cierto, tampoco se les informó en su día de que Chapuli era nombrado y no se votó su elección. Y tampoco se informó el pasado julio del cese de su mano derecha, Mateo Ramos.

Así que hay que analizar el escenario ante la asamblea de este miércoles de la ACB en Barcelona desde tres premisas. Una, que es un error ver esto como una guerra fuera de las pistas entre Madrid y Barça. Dos, que el 90 por ciento de los propios árbitros estaban contra su jefe, Chapuli, que además había tenido enfrentamientos con clubs, presidentes y algunos de los propios colegiados. Y tres, que Agustí lo sabía y ha tenido que decidir su cese para pacificar al colectivo arbitral e iniciar una nueva etapa.

En ello le apoyaba Eduardo Portela, por cierto, que conocía sus planes y le propuso al ex colegiado Miguelo Betancor como sustituto, pero Agustí ha optado por Felipe Llamazares. Ante esta elección y tras ver que el Real Madrid montaba en cólera por el despido de Chapuli, Portela se ha alineado en contra del propio Agustí.

Ahora Agustí tiene que defender esta decisión y otras que tiene en mente. Es decir, ha de hacerse fuerte y coger por fin las riendas de la ACB. Lleva 20 meses en el cargo y se ha dado cuenta ya, tarde pero ya, de cómo funcionan las cosas en la ACB y de quién colabora con él y quién no. Y ese Chapuli entrando amenazador en su despacho para decirle que no podía cesarle y que los clubs le apoyaban no puede seguir ahí dentro.

Algunos clubs y presidentes se han tomado esta próxima asamblea como un juicio a la figura de Agustí. Pero son minoría y varios de ellos están presos de una evidente contradicción entre lo que decían hace unos meses o semanas y lo que dicen ahora. Montar una cena la noche anterior para echar un pulso los contrarios al despido de Chapuli y deseosos de zarandear a Agustí contra los que sí le dan su confianza no parece muy inteligente.

Así que varios clubs no van a acudir porque no comparten esta estrategia. Para hablar de todo y de todos ya está la propia asamblea.

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