El Madrid acepta la dimisión de Messina: todos los detalles; «no puedo más con este equipo» les dijo

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14.30 horas del viernes: Ettore Messina ha presentado su dimisión irrevocable en las oficinas del Real Madrid, según se conocía a primera hora de la tarde aunque lo hizo anoche, y el club la ha aceptado. El Madrid intentó convencerle de que siguiera ya que encontrar un técnico de garantías a estas alturas sin comprometer lo planeado para el próximo año es difícil. Pero la conversación mantenida con Messina no sirvió. Fue muy corta además, de menos de 20 minutos. De hecho, el técnico se había despedido de sus jugadores el jueves por la noche tras la derrota en la Euroliga del Madrid, su último partido en el banquillo blanco,según adelánto Onda Madrid. Su ayudante Lele Molin se hace cargo por ahora del equipo.

Jorge Valdano, director general del Madrid, y Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros, responsables de la sección, se han reunido esta mañana con la plantilla, sin la presencia de Messina, y han pedido unidad al plantel y máximo compromiso, según han informado algunos jugadores a esta web.

Esta dimisión irrevocable es la consecuencia de las tres derrotas en los últimos diez días, pero sobre todo porque la tirantez en el vestuario ya era insoportable. El equipo blanco juega mal y hay mal ambiente interno. La final de la Copa del Rey, perdida frente al Barcelona, y el pase a los cuartos de final de la Euroliga como líderes de grupo no han servido para apaciguar los ánimos.

Tampoco para que el técnico italiano mejore su relación con las altas esferas del club y con su plantel. «No puedo más con este equipo», comentó a sus superiores. El italiano se ha quedado sin fuerzas y sus jugadores estaban hartos de él. Se sabía desde hace meses y lo sabían en el club, pero todo ha estallado ahora con las últimas derrotas.

El conjunto madridista juega este sábado en casa frente al DKV Joventut y será su ayudante Molin el que dirija al equipo. Pero el entrenador sabía desde hace semanas que su situación era muy inestable porque ni él estaba a gusto, ni se sentía con la confianza de sus jefes para seguir, ni veía receptividad en muchos de sus jugadores hacia su filosofía de juego.