Desde que Eduardo Portela fuera apartado del poder el pasado junio para pasar a detentarlo los propios clubs tras una era de 28 años con el veterano dirigente al frente, la comisión ha desarrollado diferentes trabajos, reuniones y discusiones. Pero resultados concretos y visibles para el aficionado no ha habido.
Ahora debe llegar el primero, nombrar un director general que traiga ideas nuevas y frescura a una estructura anquilosada y a una liga que languidece en lo mediático y en lo económico en los dos últimos años.
Como te adelantó en exclusiva esta web hace seis días, Beto Agustí, barcelonés de 53 años, es el elegido para reflotar la nave. Trabajo no le va a faltar y debe ejecutarlo de la mano de esa comisión delegada de diez clubs que representan a los 18. Hay sensibilidades muy diferentes en el seno de la ACB y temas muy importantes que abordar.
Renovar el sistema de competición, nuevas pautas económicas, buscar un nuevo contrato televisivo más beneficioso en todos los aspectos y dar cauce a las aspiraciones de los equipos de Euroliga, que contrastan con la del resto, son sólo algunos de los retos que la ACB y Agustí tienen por delante.