España, sin término medio: ganó 7 partidos por 27 puntos de media y perdió los 4 apretados; el Europeo se hace muy largo para todos

Dos ediciones del Eurobasket con 24 selecciones participantes y casi tres semanas de competición, los de Lituania en 2011 y el último en Eslovenia, parecen dejar claro que el torneo se ha alargado de forma innecesaria. Hay que jugar 11 partidos en 19 días para ser campeón de Europa y eso lleva a todas las selecciones a tener altibajos. Encima, un mal día te puede dejar sin opciones. Le pudo pasar a España al perder contra Italia y se salvó gracias a que Croacia había vencido una hora antes a Grecia.

Una Grecia que llegó sin victorias a la segunda fase por el traspiés en la primera contra Finlandia. Serbia, primera de grupo, cayó aplastada por España en cuartos de final y su buen torneo se fue al traste. Como le pasó a Italia, octava al final a pesar de que firmó un magnífico Europeo. Se hundió al perder en cuartos y al fina fue octava y se queda fuera del Mundial’2014. Finlandia, Bélgica o Letonia dieron sorpresas en la primera fase pero no en la segunda…

En fin, parecen demasiados partidos y no parece haber nivel para tantos equipos cuando se han visto marcadores ridículos de menos de 55 puntos en multitud de ocasiones. Eso por no hablar de que cuando más audiencia y emoción debe haber, en la lucha por las medallas, al minuto 25 resulta que España barría a Croacia por el bronce y Francia a Lituania por el oro. No fueron dos partidos para captar aficionados precisamente.

La selección española ejemplifica muy bien lo que no es tener término medio. De sus 11 partidos ganó 7 y perdió 4. Lo malo es que en sus victorias no hubo emoción ya que todas fueron por entre 21 y 30 puntos, a una media de 27,2 de diferencia contra esos siete rivales.

Lo malo es que las 4 derrotas fueron muy parecidas y la de Italia, sangrante. En el minuto 31 vencía por 15 y caminaba hacia otra paliza. Pero se vino abajo y cayó en la prórroga, tiempo extra en el que también sucumbió en semifinales contra Francia. El caso es que apenas sumó un -21 en sus cuatro derrotas, a cinco de media.

No supo jugar los cuatro finales apretados que tuvo por errores propios en tres de ellos y sólo el día de Eslovenia hubo quizá más acierto del rival, empujado además por la grada y ayudado por un arbitraje algo casero. De ahí las dudas que ha dejado España y esa sensación de que pudo llevarse otro oro y no supo gestionarlo de forma adecuada.