Desde Pau Gasol y Tony Parker, pasando por Vlade Divac y Drazen Petrovic, el baloncesto europeo ha sido cuna de tensiones y enfrentamientos históricos entre jugadores y equipos
El baloncesto europeo, junto con el fútbol, es uno de los deportes más amados y seguidos en el viejo continente. La pasión con la que los jugadores saltan a la cancha en cada partido que componen las diferentes ligas y copas convierten los encuentros en verdaderos campos de batalla configurando escenas épicas para el recuerdo.
La emoción de este deporte genera muchos sentimientos, entre los que destacan la alegría desbordada tras la victoria, pero también enconadas rivalidades, tanto entre equipos, como entre los propios jugadores. Algunas de las más importantes han surgido en el contexto de las ligas nacionales, como los enfrentamientos entre el Real Madrid y el Barcelona en el marco español o entre el Olympiacos y el Panathinaikos, en Grecia, conformando, en ambos casos, clásicos europeos por antonomasia.
Sin embargo, algunos de los enfrentamientos más icónicos se han producido a título individual, entre los propios jugadores. Entre las rivalidades más representativas emergen las de los jugadores Vlade Divac y Drazen Petrovic y la del popular pívot español Pau Gasol, quien se despidió recientemente del baloncesto entre la admiración y el afecto de los seguidores, y el base francés Tony Parker. Los encuentros entre estos jugadores generaban auténticas chispas de emoción cada vez que hacían su entrada en la cancha, provocando duelos repletos de pasión y adrenalina.
Todas estas rivalidades conforman el caldo de cultivo perfecto para que los seguidores se posicionen por uno u otro bando y acompañen a sus equipos y jugadores preferidos y los animen y apoyen con fervor. Uno de los sectores que ha sabido desencadenar la pasión por el baloncesto ha sido el de las apuestas. Los aficionados sienten que forman parte de la batalla que se despliega en la cancha mediante las apuestas por una de las dos partes enfrentadas.
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Rivalidad entre jugadores
Uno de los motores que más ha propulsado la intensidad y la pasión por el baloncesto europeo ha sido el de las rivalidades entre los jugadores. Si bien las batallas entre los equipos pueden verse desde un punto de vista deportivo en exclusiva, las rencillas a título individual incluyen algunos matices más complejos, como el contexto histórico. La realidad es que las rivalidades de este tipo suelen surgir en el terreno de juego, pero se ven alimentadas por las personalidades enfrentadas de los propios jugadores o de las trayectorias personales y profesionales de cada uno.
Dos de los ejemplos paradigmáticos de este tipo de rivalidad es la que enfrentó al ala-pívot español Pau Gasol y al francés Tony Parker en el seno del baloncesto español y francés respectivamente, y la del pívot serbio Vlade Divac y el escolta croata Drazen Petrovic.
Pau Gasol y Tony Parker
La rivalidad entre Francia y España ha sido una constante dentro y fuera del terreno de los deportes. Y el baloncesto no es ninguna excepción. Cabe señalar que los enfrentamientos entre Pau Gasol, capitán del equipo español, y Tony Parker, capitán del conjunto francés, se desarrollaron siempre desde una profunda admiración mutua y un gran respeto pese a la lucha enconada que ambos jugadores desplegaban en cada encuentro.
Pese a las distintas posiciones que ocupaban en la cancha -Gasol como ala-pívot y Parker como base-, ambos eran los encargados de echarse el equipo a la espalda en los momentos cruciales de cada enfrentamiento llevando a Pau a brillar no solo en el poste alto sino también en el perímetro, Por su parte, el base francés hacía lo propio y, pese a su baja estatura, lograba entrar a canasta fácilmente pese a la férrea defensa. El paso de los años, no obstante, ha demostrado la superioridad del jugador de Sant Boi, como el propio Tony Parker reconoció en una entrevista en la que afirmó que de no haber coincidido con Pau, tendría más medallas de oro en su haber.
Vlade Divac y Drazen Petrovic
Esta rivalidad quedará en los anales de la historia del baloncesto, no solo por cómo se fraguó sino por el cruento desenlace, pero no siempre fue así. Todo comenzó en los 80 con unos jóvenes Vlade Divac -de origen serbio- y Drazen Petrovic -croata de nacimiento- jugando juntos en la selección de Yugoslavia. Su amistad era sincera y profunda y juntos alcanzaron numerosas victorias para su selección. El mayor hito de sus carreras fue el triunfo conseguido en el Campeonato del Mundo de Argentina 1990 y también el principio del fin. Su amistad era férrea y parecía indestructible, hasta que se desató la Guerra de los Balcanes en agosto de 1990. Yugoslavia se fracturó en varios territorios enfrentados entre sí.
Los territorios ahora conocidos como Croacia y Serbia dividieron a la selección yugoslava de baloncesto y la amistad entre Divac y Petrovic, hasta entonces inquebrantable, se desmoronó. Todo ocurrió en la celebración tras ganar el Campeonato Mundial, cuando un aficionado sacó una bandera croata y Vlade Divac se la quitó de las manos y la tiró al suelo. Aunque la intención era rebajar las tensiones, desde Croacia se vió como un ataque a la nación. Petrovic, por su parte, decidió distanciarse del que, hasta entonces fue su buen amigo, Vlade Divac, creando un abismo insalvable entre los dos, La muerte de Petrovic tres años después del suceso dejó una amistad rota para siempre y sin posibilidad de reconciliación.
Rivalidad entre equipos
Es importante tener en cuenta que pese a que el baloncesto norteamericano (la NBA por todos conocida) es el mayor referente dentro de este deporte en el imaginario cultural, no lo es menos el arraigo que ha tenido en Europa desde principios del siglo XX. Con la fundación de la FIBA (Federación Internacional de Baloncesto) en 1935, comenzaron a emerger los primeros campeonatos continentales y, con ellos, las luchas entre los países europeos.
En el seno de cada país surgen, asimismo, fuertes rivalidades que se dan entre equipos y abandonan las rencillas particulares de los jugadores. Cuatro de los ejemplos más representativos por la intensidad de sus enfrentamientos son los del Real Madrid vs Barcelona en el seno del baloncesto español, el Olympiacos y el Panathinaikos, en Grecia, el Partizan Belgrado vs Estrella Roja de Belgrado y el CSKA Moscú y el Lokomotiv Kuban, en tierras rusas.
Real Madrid VS Barcelona
España siempre ha sido un país pasional y, en el terreno de los deportes, las emociones se llevan a otro nivel. Una de las rivalidades más épicas que definen el baloncesto -tal y como ocurre en el fútbol- es la de los encuentros entre el Real Madrid y el Barcelona. Además, se trata de una de las rivalidades más importantes en toda Europa. Los dos equipos siempre se encuentran en los puestos superiores de la tabla y sus encuentros conforman la cúspide de lo que se conoce como “clásico”. Cada vez que se enfrentan, España entera se divide y las aficiones gritan a una sola voz animando a sus jugadores. Una de las victorias más sonadas y recordadas fue la del Real Madrid en la final de la Euroliga de Baloncesto de 2018 en la que los blancos dieron una lección de baloncesto y que se recuerda como una final de locura.
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Olympiacos VS Panathinaikos
La rivalidad más conocida y popular por la emoción que se genera en cada uno de sus encuentros, es la de los conjuntos griegos Olympiacos y el Panathinaikos, en Grecia. Desde hace varios años, estos dos equipos lideran la liga helénica, con un gran número de títulos en su haber. La celebración de sus partidos se conocen como los clásicos del panorama griego y atraen a un sinfín de aficionados ansiosos por disfrutar del espectáculo que se despliega en la cancha. Es interesante señalar que, en 2012, el Olympiacos consiguió su primer título de la Euroliga en la historia del club tras lograr arrebatar el triunfo al Panathinaikos en la final de la Euroliga de Baloncesto en Estambul.
Partizan Belgrado VS Estrella Roja de Belgrado
Serbia es uno de los territorios en el que han emergido una gran cantidad de jugadores prolíficos en el terreno del baloncesto. Los conjuntos Partizan y Estrella Roja, ambos de Belgrado -capital y ciudad más importante del país), mantienen una importante lucha deportiva que, al contrario de lo que sucede en otros países, incluye elementos relacionados con las tensiones políticas y religiosas que dividen ambas comunidades. A lo largo de los años, los seguidores han sido testigos de la pasión y la adrenalina que se despliega cada vez que ambos equipos se encuentran en la cancha. Uno de los partidos que permanecerá en las memorias colectivas fue el que se disputó en 1992 en el marco de la Recopa de Europa de Baloncesto, cuando el Partizan Belgrado consiguió el triunfo frente al Estrella Roja, en Berna, tras un enconado encuentro.
CSKA Moscú VS Lokomotiv Kuban
En terreno ruso tiene lugar una de las rivalidades más duraderas a lo largo del tiempo: la que se produce entre el CSKA Moscú y el Lokomotiv Kuban. Los dos equipos llevan enfrentados desde hace varias décadas y sus partidos se caracterizan por ser intensos y repletos de emoción. Las luchas adquirieron mayor profundidad después de que el Lokomotiv Kuban le arrebatara el triunfo a los de Moscú en la final de la Euroliga de Baloncesto de 2013 en Londres. Desde ese momento, los dos equipos han mantenido las rivalidades intactas en su pugna por hacerse con el control del baloncesto ruso.
Deporte y rivalidad: Siempre con el respeto por delante
La rivalidad en el seno del baloncesto, ya sea desde un punto de vista de clubes o a título individual, forman parte de la idiosincrasia y la cultura del deporte. Siempre ha sido sano que existan confrontaciones entre los jugadores porque les exige sacar lo mejor que tienen dentro y llevan al límite sus habilidades para hacerse con el triunfo del encuentro.
Eso sí, siempre con el respeto hacia el contrincante y la deportividad por bandera tal y como demostró la rivalidad entre Tony Parker y Pau Gasol, en el que el propio base francés admitió la grandeza del ala-pívot español con la convicción de que si Gasol no hubiese nacido, él habría conseguido obtener mayor número de medallas de oro. En casos muy concretos, como el de los jugadores Vlade Divac y Drazen Petrovic, se asistió a una triste historia de amistad arruinada por los embates externos de la guerra.
Con las ideas claras y siempre respetando al rival, los enfrentamientos como el de los clásicos en los países europeos-Real Madrid y Barcelona o el Olympiacos y Panathinaikos)
conforman un atractivo para todos los aficionados, que asisten con emoción al espectáculo épico que desarrollan sus equipos en la lucha por el triunfo y que aportan, al baloncesto europeo, un carácter propio marcado por los valores, tensiones y orgullos nacionales y culturales.