El Baskonia veía ya lejos las tres victorias seguidas en la Euroliga de hace unas semanas y llevaba unos cuantos partidos con varias decepciones. Pero si hay un rival que deja jugar y no destaca por su defensa es el Bayern Munich, así que el conjunto vitoriano aprovechó su visita para gustarse y vencer con una contundencia que parecía inimaginable con la igualdad que hubo hasta el minuto 25.
La primera mitad fue algo alocada porque se jugó a mucho ritmo y con rachas de acierto variables. Empezó mejor el Bayern, que cogió una buena renta enseguida: de un 6-9 a un 8-19 en el minuto 7 y con los locales fallando mucho de tres y perdiendo balones. El primer cuarto acabó con un 14-26. Pero la reacción baskonista fue inmediata a comienzos del segundo (25-28, min. 13).
Un triple de Howard puso el empate a 31 a cinco minutos y medio para el descanso y se vio al conjunto alemán incapaz de para en defensa a su rival, que anotaba en buenas transiciones. Todavía hubo un 35-39 aunque se llegó al ecuador del choque con un 42-41. Entre Howard, Kurucs, Simmons, Nowell y Luwawu-Cabarrot habían hecho 38 puntos, todos anotando 7 u 8 y apenas cuatro puntos se repartían entre Diallo y Sedekerskis.
Juego muy directo y vertical, apenas siete asistencias en esta primera mitad en la estadística del Baskonia. Pero lo mejor estaba por llegar, más acierto en el triple en la segunda parte, con ocho anotados, y la ventaja que fue a más mientras el Bayern se diluía. Primero fueron Luwawu-Cabarrot y Sedekerskis los que lideraron el primer estirón, de un 51-52 en el minuto 25 a un 67-57 en el 30′ con dos canastas de tres del alero francés y también ayudó con un par de canastas en la pintura Diop.
Y en el tramo final la afición baskonista pudo disfrutar a lo grande. Se habían puesto a cinco los visitantes con un triple de Rathan-Mayes (67-62) pero un 9-0 rompió ya del todo el partido. Enseguida un triple de Nowell para finiquitar toda emoción (81-64, min. 36). Fue un 8 de 15 en tiros de tres en esta segunda mitad y 15 asistencias repartidas para acabar con la anotación más repartida y todos sumando desde el banquillo.
