Entrevista a Miguel Angel Hoyo: así es la vida de un entrenador que ha pasado por la LEB, la ACB, Dinamarca, Guinea y Turquía

Miguel Angel Hoyo acaba de firmar con el LEB Plata del Baskonia tras un periplo de seis años que le ha llevado por Guinea, Dinamarca, Angola o Turquía después de varios años en las ligas LEB y de ser ayudante ACB en Granada. Su ejemplo viene bien para conocer la vida de uno de los muchos entrenadores españoles no muy conocidos que trabajan por todo el mundo y la crisis que atraviesa la liga turca.

-Eres gallego y en tu tierra has entrenado en la LEB Oro y Plata. Estuviste antes cuatro años de ayudante ACB en el Granada. También has trabajado en otros países y acabas de fichar por el Baskonia para llevar a sus promesas en esa segunda categoría la LEB tras un año en Turquía. Casi nada.

Sí, estuve en A Coruña en la LEB Oro y en Cambados en Plata. Ahora en Baskonia y contento de volver al baloncesto español para hacer algo que me gusta especialmente como entrenador, que es la parcela formativa con los jugadores.

-Agustí Julbe, Izquierdo y Berrocal también han pasado por Turquía. Ha habido entrenadores españoles por Suecia, Irlanda, Africa, Canadá, México, Japón, Venezuela, Uruguay… Sois muchos los que habéis salido, supongo que encontrar trabajo aquí no es fácil.

Es así, es muy difícil. Ser entrenador yo lo veo como asumir que te puede tocar cualquier lugar del mundo, allí donde encuentres un proyecto que te motive. Mis experiencias fuera de estos años han sido satisfactorias, gané en Guinea, tuve buenos resultados en Dinamarca, pero es cierto que yo y otros hemos tenido difícil encontrar trabajo en España. Las ruedas son las que son, hay en activo entrenadores muy buenos y no es fácil hacerte un sitio. La desconfianza de los clubs españoles muchas veces si no has sido primer entrenador aquí… A mí me ha pasado varias veces, ‘ya pero es que no has entrenado aquí’ te dicen…

-Tú llevas unos cuantos años en este mundillo. Este verano dos técnicos nuevos en ACB como Agustí Julbe y Javi Juárez, incluso Berrocal es prácticamente nuevo aquí. Ibon Navarro y Carles Duran también han entrado estos últimos años en la ACB siendo antes ayudantes. Parece que se mueve un poco esa rueda de técnicos.

Sí, es cierto. Diego Ocampo y Jota Cuspinera también. Hay un perfil de entrenador que no estaba en la agenda de los clubs y que cuando ha accedido al puesto de primer técnico ha funcionado. No se trata de valer sólo a nivel de resultados sino de demostrar un trabajo y un conocimiento que hacen funcionar a los equipos. Luego, para tener buenos resultados, dependes también de los presupuestos y de los jugadores.

-¿Cómo tomas la decisión de ir a Dinamarca, que no es un país muy de baloncesto, o a Guinea?

Yo siempre con la familia porque mi mujer siempre ha venido conmigo. La primera vez que salí fuera, en el 2012, fue seguramente la más difícil porque era ir a Guinea Ecuatorial. Yo venía de ser ayudante en el Granada, donde tuvimos buenos equipos y buenas temporadas hasta que el club se vino abajo y bueno, fue dar un paso porque yo quería entrenar y aquí no tenía equipo. Fue una gran experiencia como entrenador y como persona, es duro irte, pero te ayuda a crecer.

-Hay que partir también de un hecho que muchas veces el aficionado desconoce: la figura del entrenador ayudante no está bien pagada en la ACB. La mayoría están alrededor de los 20.000-25.000 euros.

Así es. Está mal pagado y a veces ganas más fuera de primer entrenador aunque has de estar preparado para coger las maletas. Yo doy mucho valor siempre al staff técnico al completo, son figuras muy importantes en un club y no siempre bien reconocidas a nivel económico.

-La pasada temporada estuviste de ayudante de Berrocal en Turquía. ¿Buena experiencia pero con mal final no?

Me lo propuso Josep Marìa ante mi experiencia en países extranjeros y como técnico ayudante en la ACB. Hay que adaptarse rápido a otro país, otro idioma, otra cultura y forma de trabajar y yo lo había vivido. La manera de trabajar allí es distinta y no tiene nada que ver la mitad de los clubs de la liga turca con los grandes tipo Fenerbahce o Efes. Además, desconocen todo lo que es trabajo con jóvenes y formación. Muchos clubs están vinculados a un rico del país que pone su dinero en un club y se centran en el proyecto de una temporada. Tuvimos una buena relación con el club y la plantilla. El General Manager fue muy consecuente con lo que nos dijo en verano y trabajamos en función de ello. Empezamos más o menos bien, tuvimos una mala racha de derrotas al lesionarse a la vez tres americanos y no había dinero para fichar, pero fue valiente en aguantar al cuerpo técnico pese a algunos comentarios críticos en webs de allí. Acabamos bien, entrando en playoffs y considero buena la experiencia.

-Hemos leído mucho estos meses sobre la crisis en el baloncesto turco y tú lo viviste ya al final de la pasada temporada. Varios clubs han desaparecido por no poder salir en la máxima categoría.

Durante el año fueron pagando puntualmente pero el último mes no lo cobré y tampoco algunos bonus. Eran problemas que ya se intuían. He estado hablando con el otro ayudante que teníamos en el Eskisehir y me decía eso, que más de la mitad de los equipos tienen problemas para cubrir el presupuesto. La lira turca se ha devaluado un 35 por ciento respecto al dolar y todos los extranjeros cobran en dólares, así que los salarios han subido mucho, además de problemas de patrocinios porque hay empresas en crisis y la economía del país no está como hace unos años.

-Es una liga complicada fuera de los principales equipos y en algunas canchas por algunos aficionados fanáticos. Lo vimos en la Champions League cuando jugó el UCAM Murcia en la pista de Pinar Karsiyaka.

Me sorprendió el poco atractivo que tiene la liga para los aficionados en muchos clubs. Sólo cuando te visitan los equipos grandes se llenaban las canchas. Nosotros jugamos varios partidos con menos de mil personas en las gradas. Esa pista en concreto es conflictiva, lo sabía todo el mundo, nosotros fuimos a defender puesto de playoff contra ellos. Hicieron una campaña durante la semana para llenar el pabellón y lo lograron. Durante el partido tuvieron dos avisos porque el reglamento de la liga dice que si hay insultos o problemas se para el partido. Al tercero, se echa a la afición y se quedaron en dos. En nuestra pista, cuando nos visitó el Fenerbahce, vino mucha afición suya de la zona, creo que más futboleros que de baloncesto, y tuvieron tres avisos y les echaron de la grada tras parar el partido.

-Ahora inicias una etapa muy distinta y vas a poder unir la faceta formativa porque el Plata del Baskonia tiene a muchos chavales que apuntan a ser grandes jugadores.

Sí, muy contento y honrado. La estructura de este club es una de las mejores de Europa y poder trabajar con sus jóvenes, con todo el talento que tienen, me apasiona. Poderles ayudar a crecer es el reto, la faceta de mejora de los jóvenes me atrae especialmente. Cuando me lo propusieron no tardé nada en decir sí.