Un libro imprescindible ‘Para los colgados del aro’

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Ofrecemos, por su interés para los aficionados, posibles lectores y como post para que nos deis vuestra opinión en caso de haberlo leído, este texto en el blog nodormirporhaberleido sobre el libro de Javier Maestro ‘Tri, tri, triple’, un recorrido por la historia, las anécdotas, los medios de comunicación, los éxitos y los fracasos del baloncesto español en los años ochenta y noventa.

«Ha empezado el Eurobasket y yo, como muchos otros, no conozco a la mayoría de los jugadores, todo un contraste con el baloncesto y la selección de los años ochenta y noventa.“La Familia”, así es como llaman al equipo español desde los años dorados de los Gasol y Cía., llegaba al campeonato como vigente campeón y me temo que se irá bastantes puestos por debajo en el escalafón. En esta última época dorada ha sido un placer verlos jugar pero todo parece indicar que comienza una travesía del desierto, como ha ocurrido en décadas anteriores después de haber tocado el cielo, aunque fuera por razones no estrictamente deportivas.

Soy de la generación que trasnochó en los Juegos de Los Ángeles para ver cómo colgaban las medallas de plata en los cuellos de De la Cruz, Epi, Sibilio, Iturriaga, Martín, Arcega… dirigidos por el vehemente Díaz Miguel. La respuesta de los países de la órbita soviética al boicot que EEUU hizo a los Juegos de Moscú permitió en parte que los españoles se enfrentaran a los americanos en aquella final con paliza en el resultado final. Y así arrancó la (primera) era dorada del baloncesto en nuestro país.

Compaginé de crío el fútbol con el basket porque, de repente, había aros naranjas por todos los lados. En la tele se abrió una ventana a la NBA. Esperaba con ansía que sonara el “Faith” de George Michael con el que arrancaba “Cerca de las estrellas”, el programa de Ramón Trecet. En la radio se montaron unos carruseles en la tarde de los sábados que hicieron famosos algunos jingles exclusivamente asociados a este deporte, vinculados a bebidas alcohólicas que hoy no podrían emitirse. Y en muchas capitales de provincia, y ciudades de extrarradio, se consolidaron equipos que llenaban las canchas de público de todas la edades, unos pabellones de poca altura en los que el humo del tabaco matizaba el brillo del sudor en los cuerpos de los jugadores, que sentían (literalmente) el aliento de los espectadores cuando se sentaban en el banquillo.

Los enfermos de nostalgia por aquellos años del boom del baloncesto están de enhorabuena. El periodista Javier Maestro, responsable de la web encestando.es, acaba de publicar un libro de título subyugante: “Tri, tri, triple” (Roca Editorial). Él mismo descubrió el deporte de la canasta en aquella época y, con el paso de los años, escribió sobre baloncesto en El Diario Vasco, El Mundo, La Vanguardia o El Mundo Deportivo. En esas redacciones conoció a muchos de los protagonistas de aquellos maravillosos años, porque los periodistas hicieron una labor increíble y algunas de las “estrellas” del panorama deportivo actual comenzaron sus carreras en esas canchas humeantes y escandalosas.

El libro de Maestro, generoso en paginación y con algunas fotos curiosas, es “un recorrido por el boom del baloncesto en España con los protagonistas y periodistas que lo vivieron” (eso dice el subtítulo), en el que hay entrevistas a Iturriaga, Solozábal, Mario Pesquera, Jordi Villacampa, Fernando Romay, Lolo Sáinz o Aito García Reneses. Pero en el que tienen mucho que decir los periodistas, fotógrafos y editores que hicieron posible que en muy poco tiempo los diarios dedicaran cientos de páginas al baloncesto, que hubiera varias revistas semanales o mensuales con tiradas de decenas de miles de ejemplares, que se emitieran miles de horas de radio con notables ingresos publicitarios y que en las teles (porque entonces arrancaron las autonómicas) hubiera cada fin de semana un montón de partidos entre ciudades que quedaron indisolublemente asociadas a sus patrocinadores: Magia de Huesca, Clesa Ferrol, Cacaolat Granollers, CAI Zaragoza o Fórum Filatélico de Valladolid.

Los que empezamos a peinar canas rejuvenecemos unas cuantas décadas con este libro organizado de una manera peculiar en el que hay jugosas anécdotas y pequeñas historias alrededor de aquellos viajes a la Copa de Europa por un continente lleno de fronteras y exigencia de visados, de aquellas rivalidades entre Barça y Madrid interrumpidas por gallitos como el Joventut de Badalona, el Estudiantes o el citado CAI de Zaragoza. Y muchos de estos episodios no los protagonizan Fernando Martín,  Audie Norris, Petrovic, Sabonis o Epi sino que llevan los apellidos de Barthe (Pedro),  Lama (Manolo), González (Xuáncar), Bruned (Luis), Pinotti (Franco), Miguel (Sixto), Robirosa (Jordi) o García (José María).

Un repaso diverso a cómo se vivió el basket en provincias, cómo se montaron programas de radio, de qué manera compitieron las revistas a todo color o qué importancia tuvo el desembarco de la NBA para consolidar el impacto que la plata de Los Ángeles había tenido en la chavalería de este país.

También, desde la cresta de la ola, se atisban algunos de los errores que luego provocaron el paulatino alejamiento del público. La venta de los derechos televisivos proporcionó dinero pero restó visibilidad y el basket fue desapareciendo de la televisión en abierto. Luego vendrían años espectaculares, las fronteras se borrarían, la NBA dejó de ser inalcanzable y la semilla que se sembró entonces provocó generaciones doradas de jugadores que no dejaron de colgarse medallas de todos los metales. Pero (casi) todo arrancó entonces, a mediados de los ochenta. Nosotros lo vivimos y este libro nos lo recuerda. ¡Bienvenida la nostalgia!»

3 Comentarios

  1. Ahora acabo de pedirlo por Amazon aprovechando que quería hacer unas compras, espero que sea entretenido recordando el baloncesto de los 80 en adelante.
    Yo también era de esa generación que seguía de madrugada los partidos de la selección, aquel mundial de Cali, partidos contra la Canadá de Jay Triano, la selección de jóvenes Usa, contra la URSS que en aquella época eran intocables, Yugoslavia, etc, vendrá bien refrescar la memoria con aquellos jugadores.

    • Sí, el libro es ameno. Y para los que estamos ya cerca de los sesenta nos trae a la cabeza muchos eventos vividos en el basket, sobre todo en los años 80. El libro está narrado por periodistas sobre todo, que cuentan sus vivencias y cómo vivieron el despegue mediático del basket en nuestro país. Hay muchas anécdotas y, con ellas, te haces una idea de cómo eran varios de los actores que protagonizaron ese despegue (sobre todo, Díaz-Miguel). Vale la pena, no te arrepentirás. Un par de amigos míos a los que hice publicidad se lo compraron y también les ha gustado. Saludos.

  2. Pues me parece muy interesante
    También se podría analizar el impacto que ha tenido la línea de tres en empobrecer el juego o si la emigración masiva llegada de paises no afionados al juego aunque beneficiosa en muchos aspectos no beneficia que salgan nuevos jugadores por falta de aficion
    Lo leere en cuanto pueda

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