La temporada terminó este miércoles para los Celtics y de forma decepcionante por segundo año seguido. Eliminados pronto en playoffs y con muchos lesionados, aspecto en el que llevan años sin tener suerte al sufrir percances Hayward, Smart, Kemba Walker o Jaylen Brown.
Además de no llegar a la final de la NBA no han sido un destino atractivo para las principales estrellas y no han podido reforzarse con ningún gran nombre. Así que Danny Ainge presentó su dimisión después de 18 años como jefe de operaciones deportivas en las franquicia de Boston. Le sustituye Brad Stevens, el que ha sido el entrenador del equipo las últimas ocho temporadas.
Así que su primera decisión será elegir al nuevo técnico.
Triste final para un proyecto que, entre la mala suerte en forma de lesiones (muy mala suerte) y algunas decisiones algo discutibles (no tantas, en mi opinión), no ha terminado de cuajar. Echaré de menos a Ainge en los despachos. Y espero que Stevens encuentre pronto un banquillo porque lo veo joven y fresco como para encerrarse ya en un despacho. Ya veremos cómo se reconfigura la franquicia porque es fácil adivinar muchos cambios… Dicho esto, espero que Boston no caiga en la tentación de seguir esa tendencia de acumular nombres y opte por los jugadores adecuados que le permitan cubrir los roles más necesitados en el equipo (en los últimos tiempos le ha ido mejor cuando así lo ha hecho). Saludos a todos.
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