La NBA terminó esta madrugada con un emocionante último partido de desempate y victoria de una pequeña franquicia sin mucha historia y que ahora tiene un futuro esplendoroso. Oklahoma City Thunder se llevó el anillo y los Indiana Pacers fueron un brillante rival. Eso sí perdieron por lesión en este duelo a Haliburton y se teme una ausencia de las pistas larga por el talón de Aquiles.
Pese a esa lesión y a estar diez puntos abajo, los Pacers se recuperaron y llegaron con un 48-47 al descanso. Pero, en el tercer cuarto, el mejor equipo de la fase regular comenzó a despegarse. Primero, por la tarea de Gilgeous-Alexander, goleando y asistiendo, a la altura de la magnitud de su figura. Luego, porque la pelota desde saturno comenzó a entrar con mayor asiduidad para el local. Y porque aparecieron otros protagonistas, como Jalen Williams, Chet Holmgren y Cason Wallace. Así, la distancia se fue a nueve puntos cuando promediaba el período.
Indiana no tenía previsto vender a precio módico su caída. Y apareció TJ McConnell desde la banca, con diez puntos seguidos a pura penetración, para que su franquicia se sostuviera a tiro. No fue suficiente. OKC cerró 81-68 el cuarto, con grandes perspectivas para el epílogo en un reducto efervescente.
Y la distancia que le permitió ese 34-20 en el tercer cuarto resultó decisiva para el Thunder que, con el apoyo de su público, supo administrarla para consagrarse campeón de la NBA. Llegó a sacar 22, la visita volvió a acercarse, pero no lo suficiente. La historia estaba juzgada. Shai fue elegido MVP de estas finales.
Oklahoma Thunder: Shai Gilgeous-Alexander (29), Luguentz Dort (9), Jalen Williams (20), Chet Holmgren (18), Isaiah Hartenstein (7). Después ingresaron Cason Wallace (10), Alex Caruso (10)
Pacers: Tyrese Haliburton (9), Andrew Nembhard (15), Aaron Nesmith (3), Pascal Siakam (16), Myles Turner (6). Después ingresaron T.J. McConnell (16), Bennedict Mathurin (24), Tony Bradley (2)