Este lunes se conoció la muerte de uno de los grandes de la NBA en los años noventa y principios de este siglo. Pocos pívots defensores del aro ha habido mejores que Dikembe Mutombo, que padecía un cáncer cerebral que finalmente terminó con su vida a los 58 años.
Nacido en 1966 en el Congo, estudió en la Universidad de Georgetown, llegó a la NBA como número cuatro del draft de 1991 y pasó por seis franquicias: Nuggets, Hawks, Sixers, Nets, Knicks y Rockets, con los que se retiró en 2009. Hasta el 2005 fue un taponador y reboteador relevante, lo que le hizo muy popular entre los aficionados, querido por sus compañeros y temido por sus rivales ya que hizo famoso el gesto de negar con su tremendo dedazo. ‘No en mi casa’ quería decir.
Mutombo lideró la Liga en tapones en 1994, 1995 y 1996, conquistando su primer premio a Mejor Defensor en el segundo de esos años y repitiendo en 1997 y 1998, cuando militaba ya en los Hawks, con los que fue máximo reboteador de la Liga en 1998. En los Sixers vivió años de gloria a principios de siglo con Allen Iverson como estrella brutal en ataque. En los Rockets fue ya un suplente de lujo para el chino Yao Ming, pareja de McGrady en la búsqueda del anillo, que no lo lograron, empezando un declive que le llevó a retirarse con 42 años nada menos tras una lesión de rodilla.
D.E.P.
DEP. Vaya palo. Qué nostalgia con «Memorias de África». Jugador sobresaliente en defensa con una IQ a la par que sus tremendas condiciones físicas.
Además, una persona comprometida con la mejora y el progreso de las personas desfavorecidas en África.
En ese dedo había más personaalidad y autenticidad que en toda la NBA actual.
Era más conocido por sus tapones pero también era efectivo cara a canasta, no era un virtuoso pero hacia sus puntos, con él el doble doble estaba asegurado.
Una pena,58 años no es una edad para morir y más para una persona tan preocupada por los demás.
DEP, uno de mis jugadores favoritos de la época (junto con el de mi nick obviamente), un clásico de aquellas noches cerca de las estrellas con Trecet, que recuerdos de verlo taponando, con ganas de que llegara la pachanga o el entreno del día siguiente para en la primera gorra que pusiese poder imitar el “not in my house”
¡Qué pena!
Dikembe es un referente como jugador y como persona.
Una sonrisa eterna en un físico eterno.
Me encantó en aquellos Nuggets que dieron la campanada en primera ronda y me encantó en mis Hawks con un gran equipo. Ñuego fue una pena que no se llevara el anillo con aquellos Sixers de Iverson, Snow, etc. Shaquille creo que le rompió más de una costilla en aquellas finales en las que le dejaban hacer de todo.
Su personalidad, abierta, simpática, sensible y completamente africana era tremenda.
DEP demasiado joven, una lastima. Saludos