Un triste comunicado de despedida de Laso sin cariño ni ningún elogio y un difícil trago que tienen que afrontar ahora Chus Mateo y Alberto Herreros

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Si el Real Madrid y Juan Carlos Sánchez se habían metido en la boca del lobo al buscar apartar a Pablo Laso amparándose en un asunto médico, pobre excusa porque algunos sabíamos desde hace meses que el directivo buscaba un sustituto y que ya quiso en enero del 2021 bloquear su renovación, realizada por Florentino Pérez y Herreros sin el máximo responsable de la sección, el comunicado oficial de despedida de Laso agravó la mala imagen ofrecida a lo largo de todo el lunes.

Si el técnico vitoriano estaba despedido a las 2 de la tarde, el club blanco tardó más de seis horas en emitir un comunicado para dar la noticia. Y en vez de ser una nota elogiosa de adiós con una explicación de lo decidido, era una autojustificación de un despido por tema médico. Es decir, ante la incomprensión de los aficionados y las críticas del 80-90 por ciento de los aficionados en las redes sociales, tocaba decir que había informes médicos en sus manos que aconsejaban apartar a Laso del banquillo…

…informes médicos que iban en contra del emitido por el cardiólogo de Sanitas que hizo el cateterismo en una arteria el 5 de junio pasado a Laso cuando sufrió el infarto. Su doctor decía que en tres meses, para septiembre, estaría listo aunque lógicamente tendría que vigilar la dieta, tomar medicación y hacerse pruebas cada cierto tiempo.

En fin, que nadie alrededor de Sánchez y Laso se ha creído ese comunicado. Igual que ambos se evitaron en la celebración del título de Liga a mediados de junio. Ni un saludo ni abrazo en público. Sánchez en abril ya tenía decidido prescindir de Laso y lo sabían algunas personas y se lo habían escuchado decir unas semanas antes toda la plantilla y también sus ayudantes Chus Mateo y Paco Redondo… en una improvisada charla en un aeropuerto en un momento en el que no estaba presente el técnico vitoriano.

La Final Four y el título de liga fueron obstáculos inesperados para Juan Carlos Sánchez. A primeros de abril el Madrid llevaba dos meses catastróficos y todo apuntaba a una tercera temporada sin títulos de liga, Copa o Euroliga. Perfecto cuadro para echar a Laso ante tres años sin trofeos aparte de la Supercopa.

Pero el equipo resucitó y el máximo ejecutivo de la sección de repente se encontró con un inesperado infarto como nuevo gatillo para disparar contra Laso. Desde su anterior intento de despido, en julio del 2014, las relaciones entre ambos no fueron iguales. Cuando Sergio Rodríguez se ofreció para volver en el verano del 2017 un año después de irse a la NBA, Sánchez se negó en redondo. Lo mismo en 2019, cuando dejó el CSKA, y Laso quiso su vuelta ante el bajón que había dado Llull desde su lesión de rodilla y con el gran hueco que había dejado Doncic al irse a la NBA en el 2018.

Sánchez empezó a ser más incisivo en fichajes y renovaciones, en cortar o rescindir jugadores en junio contra el criterio de Laso… En mayo-junio del 2020 llegó el caso Campazzo y otro agravamiento en su relación. Laso entendió que el base argentino quisiera irse a la NBA, como se habían ido Mirotic, el Chacho, Doncic…, y propuso a Calathes y Sloukas como sustitutos. Su directivo se negó a facilitar la marcha de Campazzo y éste acabó marchándose y no se había fichado un ‘uno’ de garantías.

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Luego Sánchez ficharía a Laprovittola contra la opinión de Laso, luego a Heurtel, luego la renovación del entrenador se hizo más tarde que nunca, en reuniones sin su presencia, enfrentado Sánchez desde hacía varios años al agente de Laso…

Es todo este caldo de cultivo el que ha llevado a forzar su salida. Primero ofreciéndolo un año sabático. Laso se negó, argumentó sentirse sano y bien y con un informe en esa línea de su cardiólogo. Sánchez contestó que los informes recabados por el club hablaban de riesgo de nuevo infarto y que no podían correr ese riesgo. Estaban hablando idiomas diferentes porque el directivo no lo quería en el banquillo y se ha salido con la suya.

Ahora la papeleta es para Alberto Herreros, amigo personal de Laso y la persona que avaló su fichaje en julio del 2011. Queda en difícil situación aunque si ya se calló y apartó en 2014 dando el visto bueno a su sustitución por Katsikaris, frenada exclusivamente porque cuando Florentino Pérez iba a la reunión para despedir a Laso llegó la noticia de la muerte de Alfredo Di Stéfano y todo se paró, pues…

Y qué decir de Chus Mateo, impuesto por Sánchez a Laso como ayudante aunque luego han establecido una gran relación. Si dice sí a coger el banquillo, algunos no lo entenderán. Si dice no, quedará como un señor en teoría. Si al final es nombrado entrenador: ¿tendrá fuerza para seguir en el cargo si hay problemas, derrotas, etc. al empezar la temporada? ¿Cuando Llull o Hezonja generen algún conflicto, siempre los han generado, o hagan un desplante a su entrenador, como suelen, es lo mismo que Laso los deje sin jugar con su autoridad que tener a Mateo para imponer disciplina?

GlobalSun

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