Ese informe va a llegar de forma inminente a la mesa del juzgado en el que se presentó hace un año el concurso de acreedores y no continuará con él ante esa falta de viabilidad. A partir de ahí surge una situación inédita.
La disolución de la entidad alicantina implica que no presentaría los documentos para ser inscrita de cara la próxima temporada. En esa situación, su plaza queda en poder de la propia ACB y seríala Asociación de Clubs la que decidiría por votación en asamblea qué hacer con ella. Es decir, las plazas de equipos que no ascienden van directamente a los dos en descenso. Pero las de los no inscritos son de la ACB.
Cualquier decisión que tome la asamblea requiere tres cuartas partes de los votos. Si la asamblea se celebra más tarde del 30 de junio, Valladolid y Estudiantes no votan porque tras esa fecha pierden su derecho al voto como equipos descendidos salvo que no haya ascensos y sigan en la Liga Endesa.
Se puede optar en esa votación por amortizar plaza, es decir, por reducir el número de equipos participantes, aunque se quedaría en una cifra impar de 17. Los clubs grandes de Euroliga pueden preferir una liga de menos equipos porque reducen su calendario nacional justo en el momento en que se ha ampliado el de la competición continental. Pero a los modestos no les interesa una liga más corta ni ofrecer menos partidos a sus seguidores abonados. Es decir, parece improbable que 12 equipos voten por amortizar plazas ya que el recurso de que a menos gente a repartir a más tocamos puesto que lo que reparte la ACB es una miseria y puede suponer 50.000 euros más, euro arriba, euro abajo.
Otra opción es quela ACB ponga en venta la plaza, pero es una decisión muy complicada puesto que venderla por menos de lo que supone el canon de inscripción (3,2 millones) sería absurdo. Imaginemos que CB Canarias y Melilla ascienden pagando ese canon y se encuentran al Burgos comprándola por menos dinero, la discriminación es evidente. Si una plaza ACB se valoró hace pocos años en 2,4 millones y la cifra se actualiza anualmente y se le añade el IVA, salen esos 3,2 millones de canon.
La última opción es ofrecérsela a Estudiantes o Valladolid, los dos equipos en principio descendidos este curso. Pero no hay un criterio fijado de a quién sí y a quién no. No se recoge en los estatutos de la ACB esta circunstancia. El damnificado protestaría e iría a tribunales.
Es distinto a si un equipo de Adecco Oro no sube, que entonces su plaza sí es para el penúltimo y si no sube nadie, también recupera su lugar en la ACB el colista.