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Seguimos recibiendo quintetos con los mejores jugadores europeos que han pasado por la NBA: envíanos el tuyo

El pasado viernes iniciábamos un informe en el que repasábamos a los mejores jugadores europeos que han pasado por la NBA. Los que de verdad han dejado huella, como ese Nowitzki que ha superado los 23.000 puntos anotados en su carrera la semana pasada, Gasol con sus dos anillos, Parker con los suyos, Petrovic con sus 20 puntos de media, Schremp con sus dos All Star y doce años de sólida trayectoria, etc.

Ya hemos recibido de nuestros lectores un centenar de quintetos, pero nos gustaría contar con más opiniones y en unos días, publicar el que vosotros consideráis el mejor.

¿Uno formado por Parker, Danilovic, Kukoc, Nowitzki y Pau Gasol? ¿Quizá uno compuesto por Petrovic, Marciulonis, Schrempf, Divac y Sabonis? Y no hay que olvidarse de Radja, Smits, Ilgauskas o Stojakovic. Pero enviarnos por favor un quinteto serio, no con Pau o Nowitzki de alero o Schrempf de escolta para meter tres grandes porque nunca jugaron en esas posiciones.

La primera estrella europea en la mejor liga del mundo fue el alemán Schrempf al que no se vio jugar en Europa al formarse directamente en la universidad de Washingtong. El alero nacido en Leverkusen disputó dos All Star y fue elegido dos veces mejor Sexto Hombre de la liga.

Jugó en Dallas, Indiana, Seattle y Portland y totalizó 1.136 encuentros entre 1985 y 2001. Tuvo una media de 13,9 puntos y 6,2 rebotes en su carrera con un 38% de acierto en los triples.

Sasha Danilovic jugó apenas 75 partidos en tres temporadas en la NBA machacado por las lesiones, pero dejó su impronta tanto en Miami como en Dallas ya que promedió 12,8 puntos en su etapa NBA con 2,4 rebotes y 2 asistencias además. En su mejor año, curso 96-97, tuvo casi 17 puntos de media. Y un 38 por ciento de promedio en los triples durante su paso por la NBA.

Divac también dejó una gran huella ya que disputó nada menos que 1.134 entre Lakers, Charlotte y Sacramento. La media de anotación de su carrera fue de 11,8 puntos y 8,2 rebotes con un 51% de acierto en tiros de dos.

Petrovic es otra cosa en la memoria de los aficionados. Seguramente ha sido el mejor de la historia y sólo Nowitzki puede estar a su altura. El croata jugó en Portland primero, con números discretos al promediar 6 y 7 puntos en dos cursos allí, y luego triunfó como increíble anotador en New Jersey, con 20 y 22 puntos de media nada menos en sus dos últimas campañas con los Nets.

En total, disputó 290 choques en la liga estadounidense con 15,4 puntos de media y un increíble 43,7% en lanzamientos de tres puntos.

Radja sólo jugó cuatro años allí, nada menos que en Boston, en unos años duros y flojos de la mejor franquicia de la NBA, pero el pívot croata brilló siempre hasta que una dura lesión de espalda le dejó KO. Nada menos que más de 15 puntos y 7 rebotes de media la primera temporada allí, de 17 y 8 en la segunda y 20 puntos y 10 rebotes en la tercera para jugar ya menos en la cuarta.

El lituano Marciulionis fue un pionero de verdad. Si Fernando Martín tuvo una presencia escasa y el ucranio Volkov empezó ya a destacar en Atlanta, fue este este escolta el primero junto a Schremp en hacer grandes números.

Marciulionis disputó 363 partidos desde 1989 a 1997 en Sacramento, Seattle y Denver, por donde pasó después de cuatro temporadas en Golden State. En su carrera promedió 12’8 puntos. Pero es que en sus dos mejores años con los Warriors en uno tuvo 18,9 puntos de media y en el otro, 17,4.

El holandés Rik Smits fue una estrella en los Pacers junto al gran Reggie Miller. El pívot promedió 15 puntos y 6 rebotes y tenía una muñeca magnífica para lanzar desde 5 ó 6 metros.

Los méritos de Pau Gasol, Parker, Stojakovic, Nowitzki, Kirilenko y Kukoc son más conocidos ya que cinco de éstos ganaron anillos y han sido estrellas o todavía lo son.

También Sabonis saboreó el éxito aunque sin ser campeón. Estrellas en Europa como Spanoulis, Navarro, Paspalj, Jasikevicius o Djordjevic no fueron felices allí por jugar poco o ser meros suplentes sin que se les dejara explayar todo su talento.

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