Este domingo a las 18.30h tenemos una final de Copa del Rey que parece muy incierta. Hace una semana, el Real Madrid habría sido claro favorito frente al Barcelona. Ahora sigue siendo un equipo más hecho y probablemente superior, pero el Barça no es ni el de hace dos semanas ni el equipo desahuciado de hace un mes.
Al contrario.
Es un equipo que se ha transformado, que juega con mucha energía, con una fe que no tenían hasta la llegada de Pesic, artífice de este cambio radical. El conjunto azulgrana sabe que si levantan la Copa habrán salvado la temporada, los pasados cuatro meses se olvidarán y verán los tres próximos meses como una plataforma de lanzamiento para ir a por todas en los playoffs de la Liga Endesa.
Los de Laso jugarán con la tranquilidad que dan los cuatro títulos consecutivos que atesoran y su buena línea estos meses. Esta temporada en Liga el Barça venció en el Palacio y luego en la Euroliga los blancos fueron muy superiores.

