Es el jugador que más veces ha vestido la camiseta del FC Barcelona, de cuya historia es el mejor triplista y asistente, así como su segundo máximo anotador en la Liga Endesa. Hace quince años, tal día como este viernes, Joan Montes dio la alternativa en el primer equipo a un imberbe Juan Carlos Navarro y éste -como entonces- no ha dejado nunca de responder. Diez puntos en diez minutos frente al Granada fueron la carta de presentación de ‘la Bomba’ en la elite; un lugar en el cual lleva prácticamente media vida.
Media vida de exhibiciones que todos hemos tenido la suerte de disfrutar en primera persona y que con el paso del tiempo le convertirán en eterno, si no lo es ya. Más allá de sus impecables números, el escolta de Sant Feliu pasará a la historia por ser un jugador decisivo, que supura magia por cada uno de los poros y al que nunca le han quemado los balones calientes. En definitiva, el mejor baloncestista español de todos los tiempos de no haber existido ‘un tal’ Pau Gasol.
Punta de lanza de los ‘Junior de Oro’, sobran las palabras para describir una trayectoria conocida hasta por los que son ajenos a este deporte, pero siempre resulta grato recordar algunos de los grandes momentos que nos ha brindado a lo largo de su carrera.
Exhibiciones que no siempre llegaron ataviado de azulgrana, incluso en los momentos más difíciles. En unos Grizzlies descompuestos y donde no supieron apreciar debidamente su talento, Navarro promedió unos nada desdeñables 10,9 puntos por partido, demostrando que tenía un hueco en la todopoderosa NBA.
Pero su carácter competitivo -además de cuestiones familiares y económicas- le hicieron regresar al viejo continente para reinar en la Euroliga; torneo del que es su máximo encestador histórico desde noviembre de 2011.
Asimismo, Navarro igualó el pasado verano a Epi como baloncestista que más veces ha representado a España en unos Juegos Olímpicos (cuatro), aunque su mejor actuación con ‘la Roja’ se dio en las eliminatorias del pasado Eurobasket, grabado a fuego para siempre en nuestras mentes.
Por instantes como los reseñados, solo podemos dar las gracias a un jugador que se presume único e irrepetible y que hoy más que nunca sigue siendo historia viva de nuestro deporte.
