El fichaje de Golubovic por el Unicaja tiene pinta de iniciar un difícil conflicto con el CAI Zaragoza donde la ACB va a tener que mediar. El club malagueño anunciaba ayer su incorporación pero los derechos del pívot son del conjunto maño pues fue el último club donde jugó en España. Es decir, que tiene una opción preferencial sobre él y el Unicaja debe llegar a un acuerdo económico para que se los cedan.
Pero existen particularidades muy importantes en este caso. Una cosa muy comprensible es que exista el derecho de tanteo para poder retener a un jugador que ha estado en tu club años, o que has formado en tu cantera. Nocioni y Satoransky son dos ejemplos ahora en el mercado de cada una de esas situaciones.
Pero Golubovic no es un jugador del CAI ni alguien representativo de este club. Da igual cuál sea, me da igual que hubiera jugado en el Cajasol, Real Madrid, Fuenlabrada o Joventut.
Y no lo es porque Golubovic sólo estuvo tres semanas en el CAI al final del curso 2012-13 cuando llegó con un contrato temporal por 10.000 euros. Y si los de Abós hubieran caído en cuartos de final en playoffs, habría estado sólo 12 días en la entidad zaragozana, lo que le supuso un bonus de 4.000 más.
Acabó la temporada, le hicieron una oferta de renovación el pasado verano que el pívot consideró baja y no aceptó. Cuando estaban negociando, firmaron a Shermadini y se olvidaron de Golubovic, que fue fichado por el Ankara turco.
Ahora el CAI esgrime sus derechos ante el Unicaja por este jugador suyo sólo tres semanas. Esto de los derechos es un cachondeo en situaciones así. El club malagueño avisa de que no pagará compensación alguna.