Que una serie de TV acabe mal y carente de imaginación o de la magia o el magnetismo que tuvo en sus inicios es habitual. Es lo que pasa cuando se alargan y se alargan las temporadas.
La falta de imaginación o el recurso de recurrir a un título mítico, también es habitual en el mundo televisivo. La serie Fargo salió para recrear la atmósfera de la película, hay una serie sobre la película El Exorcista…
Esta semana se ha estrenado Prison Break, quinta temporada. Recupera a casi todos los personajes de una serie que tuvo un inicio alucinante con la primera temporada y varios capítulos memorables y murió en una desangelada cuarta temporada. Ahora se hacen nueve episodios que a ver qué ofrece, con el primer capítulo bastante decepcionante.
Lo fueron también la mayoría de los de Expediente X el año pasado cuando volvieron a rodar y optaron por autoparodiarse.
El próximo mes llega la nueva Twin Peaks, que en varios de sus últimos episodios en 1992 ya dejaba que desear. Ahora recuperan a varios personajes y lo mismo da si David Lynch se implica o no, si quería hacerla o no. De momento, se anuncia que va a rodar los 18 capítulos previstos.
Por un lado, toca luchar con las ganas de no verla. Por otro, queda el ánimo de pensar que quizá sea inferior al original pero digna.