La temporada del Real Madrid está siendo hasta ahora fantástica. Lleva 34 triunfos en 38 partidos oficiales desde que arrancó el curso con la Supercopa, cifras mucho mejores que las de los principales equipos europeos y españoles. Los elogios que recibe el equipo blanco, muchos de sus jugadores, su alta media de anotación, su estilo de juego atractivo y poco especulativo, todo eso se pondrá en juego esta próxima semana.
Llega la Copa del Rey y si el Madrid no levanta el título, habrá decepción. Y si cae en cuartos de final, de fiasco. De nada habrán servido los 34 triunfos que acumula.
Así funciona esto cuando se es el Real Madrid. Una situación a la que no escapa Pablo Laso. El técnico es el responsable de la plantilla, los fichajes, el estilo de juego, pero rara vez es elogiado. Todos, prensa y aficonados, hablamos más de Llull, Carroll, Mirotic, Rudy Fernández o Sergio Rodríguez.
Todo da igual porque siempre hay cosas que se cuestionan a Laso y a este Madrid, sea la poca defensa o el poco juego para los hombres altos aunque ahí esten los resultados y las cifras.
Ni la zona 2-3 utilizada en ocasiones para atascar al rival ni la 1-2-2 del jueves frente al CSKA con un sorprendente Slaughter arriba para evitar que Teodosic juegue cómodo. Ni ser el equipo que menos puntos encaja en el Top 16.
Ni ganar en Atenas o Estambul, ni de paliza a muchos buenos equipos de la Liga o la Euroliga. Nada de eso va a servir si el paso por la Copa del Rey no es satisfactorio. Volverá la cantinela de que en los grandes partidos y desafíos este Madrid de 90 puntos de media no sirve. Lo hecho estos 5 meses caerá en saco roto.