En los próximos meses debe aclararse la guerra soterrada que han mantenido la FIBA y la Euroliga en el último año. La Federación internacional, más en concreto su rama en Europa, lleva mucho tiempo perfilando una oferta económico-deportiva que seduzca a operadores de marketing y grandes televisiones para relanzar la principal competicion de clubs en el viejo continente. Una vez establecido el plan económico, queda convencer a los principales equipos de la bondad de su proyecto para que se unan a la FIBA y abandonen la Euroliga.
En ello están.
La forma de conseguirlo es con dinero, dejando claro que su competición va a ser mucho más potente y con más ingresos a repartir. La FIBA ha presentado un documento a los clubs donde les garantiza 300 millones de euros en premios durante los próximos 10 años. Es decir, una media de 30 millones anuales. Ojo, con una revalorización anual además de un 2,5 por ciento si se cumplen ciertos parámetros económicos que se consideran factibles a priori.
Repito, garantizados según nuestras fuentes. Es un dinero que FIBA Europa asegura tener al disponer de todo el calendario anual ya que durante 8 meses ofrecería a sus partnes en negocios y marketing la posibilidad de explotar la competición de clubs y durante el verano, los torneos de selecciones.
Tendrá otro nombre, estará bajo el paraguas de la FIBA pero con participación también de los clubs en su gestión, nos dicen. En el año 2000 los principales clubs de Europa se fueron de la FIBA por el oscurantismo de ésta para organizar su torneo.
El problema es que nunca ha sido potente económicamente. De hecho, su premio para el campeón del torneo es de apenas 250.000 euros aunque promete un millón para el próximo año. Asimismo, la Euroliga ha cerrado un acuerdo con una empresa china de TV por 2 millones anuales y con IMG y asegura que sus ingresos televisivos y de marketing van a subir un 47% en los próximos tres años.
Parece complicado con su leve crecimiento actual. La Euroliga dice a los clubs para que no abandonen el barco porque en pocos años habrá 20 millones para repartirse cada temporada. Lejos de los 30 que garantiza FIBA Europa cada año desde el primer momento. Por eso los principales clubs europeos siguen escuchando a la Federación Internacional y dicen que seguirán negociando a partir de noviembre. Porque se les hace la boca agua.