Los vetos a distintos árbitros y la lucha por pitar y ganar más dinero con la Euroliga, el trasfondo de la polémica vivida

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Desde hace años se pita peor en la ACB y la Copa si comparamos con hace 7-8-10 temporadas. Hay varios motivos para ello, uno básico es que el colectivo arbitral lleva tiempo dividido, según reconocen los colegiados consultados.

Hay árbitros con 20 años o más de experiencia y otros con alrededor de 10 mientras otros han llegada a la ACB los últimos tres años. Además, entre los más veteranos están la mayoría de los que pitan en la Euroliga y la Eurocup, lo que les permite ganar un dineral en comparación con los que sólo pitan en España.

Los colegiados más jóvenes, explican, sienten el menosprecio de los veteranos, que buscan tener pocos enganchones con los clubs de la Euroliga para no ser vetados y poder seguir en la competición continental.

Un árbitro del colegio madrileño explica que «yo puedo ganar 50.000 o 60.000 euros si pito casi todas las semanas y en los playoff mientras que Hierrezuelo y otros que pitan además en la Euroliga se van a 130.000 ó 150.000 euros».

Un colegiado vasco indica que «vamos a los partidos y el que viene de dirigir un partido en Europa apenas pita nada y nos deja a los otros dos casi todas las decisiones».

Los colegiados de más experiencia y más conocidos como Hierrezuelo, Martín Bertrán, Pérez Pizarro, García González o Pérez Pérez llevan muchos años pitando para saber cómo es cada cancha, cada entrenador y muchos presidentes de clubs. También lo que significa un jaleo con el Barça, el Madrid o el Baskonia de por medio, los tres con mucho peso en la Euroliga.

Finalmente, comentar un aspecto básico que sufre el director arbitral, Paco Monjas, como lo sufría el anterior: los vetos. Hace muchos años que se acabaron las recusaciones -un club prohíbe a un colegiado concreto en sus partidos-, pero desde hace una década existen los vetos, que además, han ido a más.

Los responsables de clubs consultados confirman lo que habíamos escuchado: en la finales de la Liga y en la semifinal y final de la Copa, los equipos vetan a determinados colegiados. Así nos lo ratifican desde el Gran Canaria, que disputó una final de Copa y Supercopa en pasadas campañas aunque no quiso participar en esos vetos su entonces presidente Miguelo Bethancort, precisamente un ex árbitro.

Si a ello unimos que en una final Madrid-Barça no puede haber árbitros de los colegios madrileño y catalán, pues no hay tantos silbatos para escoger. Los tres finalmente en cancha quedan marcados ahora y cuesta verles de nuevo con el conjunto blanco en pista pues, inevitablemente, lo harían muy condicionados por este escándalo.

El Madrid, por ejemplo, no quería -nos dicen- en la final del pasado domingo a Peruga tras la falta de Claver a Taylor del año pasado no pitada. Al parecer, tampoco a Hierrezuelo. Los vetos, informan desde el colectivo arbitral, comenzaron en los playoffs hace unos 10 años cuando Chichi Creus era director deportivo del Barcelona y el club azulgrana se negó a tener en pista a un par de colegiados con los que hubo polémica semanas antes en un partido de liga.

 

GlobalSun

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