El cambio en el sistema de competición ‘per se’ no servirá de mucho si no es debatido al máximo, masticado y perfilado durante meses con opiniones de distintos sectores del baloncesto. Y no lo será por dos aristas que sobresalen en este asunto. Una, que debe ir emparejado, como ya hemos dicho aquí, con un juego y un arbitraje que permitan partidos más atractivos, con más puntos y menos juego en media pista. Dos, que mientras los equipos de Euroliga no cedan sus plazas y que sean los cuatro mejores clubs de cada temporada los que vayan a la máxima competición continental, la Liga tendrá un interés capado. Circunscrito al playoff, sin mucho de valor en la fase regular.
De ahí los problemas para llenar pabellones, conseguir espacios en los periódicos y mejorar las audiencias. Estos objetivos dependen del juego y de un nuevo formato de competición, así que a todos los clubs les toca ceder o seguirán los problemas. Si un semifinalista no va a la Euroliga porque va el noveno clasificado, mal vamos. Si a equipos que tienen un tercio del presupuesto del Baskonia o Unicaja o una sexta parte que el Madrid y el Barça, se les exige ser finalistas para ser invitados a la Euroliga, la injusticia se impone.
Los dos formatos que se comentan estos días entre algunos clubs no terminan de convencer. Uno supone jugar playoffs entre 16 equipos a partido único tras la fase regular. Unas eliminatorias concentradas en pocos días tipo NCAA, la liga universitaria de Estados Unidos. Incluso se habla de una final a partido único en cancha neutral, algo que no gustará a los aficionados de los dos equipos clasificados e implica romper el actual modelo de playoffs.
Se habla también de crear dos grupos, los clasificados impares en uno y los pares en otro, pero esto puede acarrear que un equipo no juegue alguna temporada como local contra Real Madrid y Barcelona. Y puede pasar también que se pierdan lo derbis locales. Por ejemplo, al Fuenlabrada le interesa jugar contra los grandes y recibir a Estudiantes porque hace taquillas. Al Joventut y Manresa, lo mismo con el Barcelona. A los tres equipos vascos también les interesa enfrentarse entre sí.
En fin, que todo es muy complicado. Un modelo que a un servidor le gusta y que algunos clubs valoran es jugar dos ligas en un año, haciendo cada vuelta actual un torneo diferente. En la primera vuelta juegas para entrar en la Copa. En la segunda, para ir al playoff. Ya lo expusimos hace año y medio.
Se introduciría un factor corrector como sería dar dos puntos de entrada al ganador de la primera vuelta como premio a su mérito. Un punto al segundo, de cero partirían los siguiente, empezando con -1 punto el penúltimo clasificado y -2 el colista por si al final hay descensos al producirse algún ascenso desde la Adecco Oro.
Por supuesto, sin olvidar, reiteramos, que el nuevo socio televisivo que se busque debe opinar y proponer cosas, al igual que Endesa como parte económica fundamental de este negocio.