Ya se sabe que éstos están divididos en dos grupos de 12 y 6 y las posturas por ahora son irreconciliables. Ambos bandos desean una revolución que transforme la ACB, pero difieren en las formas. Quien puede ayudar a desengrasar tensiones entre unos y otros es el Consejo Superior de Deportes (CSD) a través del secretario de Estado para el Deporte, Albert Soler.
Soler se reunió este martes al mediodía con el grupo de seis clubs (Estudiantes, Fuenlabrada, Granada, Alicante, Cajasol y Joventut) para conocer de primera mano su punto de vista. El pasado viernes Soler había hablado ya en Barcelona con algunos clubs y presidentes del otro grupo al estar muchos de ellos en la Final Four disputada en la capital catalana.
A unos y otros les ha transmitido dos cosas claras: quiere consenso para poder levantar cuanto antes una liga ACB en ruinas, algo que le preocupa mucho, indican desde el CSD, y no quiere amenazas ni creación de una nueva liga como había anunciado el grupo mayoritario de 12 clubs en su comunicado del pasado viernes.
Soler no va a mediar porque no se le ha pedido explícitamente. Escucha a unos y otros y de hecho recibirá formalmente la próxima semana al grupo de 12 clubs, como ha hecho esta semana con el de 6.
Tal vez un encuentro de todos -admiten distintos clubs- permitiera agrupar posiciones, despejar el camino hacia una nueva etapa post-Portela y clarificar las funciones y poderes de la comisión de clubs que tomaría el relevo del veteranísimo presidente. Si es ejecutiva y con poderes o sólo delegada, como recogen los actuales estatutos. Podría ser ejecutiva luego, cuando esos estatutos sean cambiados.