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Los clubs confían en tener un presidente ejecutivo para la ACB a mediados de abril y quieren libertad para fichar extracomunitarios

La ACB está recibiendo curriculums de aspirantes al cargo de presidente ejecutivo de la Asociación de clubs, plazo que se cierra el próximo miércoles día 26. Luego habrá un par de semanas para evaluarlos y, finalmente, una asamblea con los 18 clubs debería votar para elegir uno y tener de una vez un interlocutor válido y con poderes, reforzado por el apoyo de los 18.

Desde septiembre la ACB carece de esta figura y distintas reuniones y escenarios planteados estos meses la han dejado en evidencia. No hay nadie para plantar cara a TVE y negociar un nuevo contrato televisivo, nadie para evitar que la Euroliga te avasalle, nadie para reunirse con los sponsors ni con el Consejo Superior de Deportes (CSD). Asimismo, varios clubs ya se han dado cuenta de la ineficacia de la Comisión Delegada que componen ocho de ellos. No es ni operativa ni representativa de los distintos intereses existentes en el seno de la ACB.

Pero por mucho calendario y mucho deseo que exista de elegir un presidente ejecutivo hay dos obstáculos supremos a saltar. Uno es que varios clubs no van a aceptar cualquier nombre sólo por el hecho de evitar el vacío institucional. El segundo es que las ganas de vetar nombres que tienen algunos clubs por lo sucedido en los últimos seis meses en la ACB y la división que se arrastra en dos bloques, con el Real Madrid y el Barcelona al frente de cada uno de ellos, son factores que no ayudan a buscar consensos.

Este impasse precisamente beneficia mucho a la Euroliga y a los cuatro equipos españoles que la disputan, enfrentados en tantas cosas pero que luego hacen piña cuando de las licencias A se trata. Un grupo de presidentes de equipos medianos y pequeños sigue dispuesto a presentar un candidato avalado con unos cuantos votos para que luego los grandes clubs le den su visto bueno, pero no hay mucha fe en este movimiento…

La reunión de la semana pasada con el CSD sirvió para ver una vez más que tener un presidente para avanzar en determinados asuntos resulta ya urgente.  Hay temas fiscales y económicos en los que avanzar. Asimismo, en esa cita se le planteó al CSD, una de las tres partes que firmó el actual convenio con la propia ACB y la Asociación de Jugadores, un cambio en el actual sistema de cupos con vistas a liberalizar más el mercado de extracomunitarios.

Como contó anoche el blog El Contraataque, se plantea que no exista el actual tope de dos extranjeros por equipo, considerando como tales a estadounidenses, canadienses, australianos o neozelandeses puesto que los comunitarios y los caribeños y africanos ya son admitidos como comunitarios y cotonous. Es decir, seguiría habiendo un mínimo de cuatro jugadores formados en España, pero libertad de contratación con el resto del plantel.

Los equipos más modestos explican a esta web que con este movimiento lo que pretenden es abaratar costes salariales y evitar la sinvergonzonería de los pasaportes falsos y comprados que han proliferado el último lustro. Carroll, Caner-Medley, English, CJ Wallace y un montón más agenciándose un pasaporte comunitario o cotonou sin ni siquiera saber poner en un mapa a su país de emisión.

Estos jugadores se encarecen por tener este pasaporte y no jugar como extracomunitarios. Asimismo, tener más ‘americanos’ en las plantillas potenciaría el nivel de los equipos más modestos.

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