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Las estadísticas hablan: las opciones de un triunfo blanco pasan por un buen papel de sus pívots

Cinco encuentros llevan ya disputados Real Madrid y Barcelona esta campaña y su balance particular no podía resultar más igualado. Gracias a sus victorias en la Supercopa y en la Final Four, el conjunto merengue desnivela por la mínima la balanza a su favor (3-2), pese a sucumbir en la Copa, mientras ambos firmaban tablas en la temporada regular ACB.

Si analizamos las estadísticas cosechadas por unos y otros en estos últimos precedentes, parece indiscutible que toda opción blanca pasa por un buen papel de su juego interior, capaz de aportar puntos y dominar el rebote. No en vano, los merengues se llevaron el triunfo en las dos ocasiones en que superaron a su rival en el rechace y en la Supercopa, incluso les sirvió con capturar dos menos. En cambio, tanto en el Palau como en la cita de Vitoria perdieron con cierta holgura esta batalla y, como consecuencia, la guerra.

También en los partidos de la Final Four y la segunda vuelta liguera, los pívots del Madrid encestaron más que los del Barça -especial mención merecen los 19 y 17 tantos de Felipe Reyes-, convirtiendo la contienda de la Supercopa en la excepción que confirma la regla.

Si Pablo Laso consigue otorgar de nuevo esta relevancia a sus hombres altos, su equipo estará en disposición de ganar la final, ante una escuadra cuyo protagonismo interior-exterior resulta parejo sobre todo si Juan Carlos Navarro no pisa la cancha.

Curiosamente, y al contrario de lo que pueda parecer pese a la contraposición de estilos, el Barça tiende a perder más balones en sus choques frente al Madrid, a quien solo en la Copa se le escaparon más bolas. En cambio, el talón de Aquiles blanco en sus derrotas suele ser su porcentaje desde la línea de personal, lastrado por los fallos de sus ‘centers’ en los días malos. Concepto éste que enlaza con lo expuesto en el segundo párrafo.

En la zona, los pívots merengues se las verán con un Tomic cuya elevada anotación no siempre implica victoria blaugrana (20 en Copa, 18 en Final Four), igual que ocurre con Rudy o Carroll en el Madrid (22+17 en Supercopa, 15+17 en Copa).

Ello demuestra que, pese a todo, estamos ante una final donde los colectivos son los verdaderos protagonistas… salvo que Navarro se vista de gala como ya hizo en el Palau.

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