El Real Madrid acabó al fin con la condena de 20 años y un mes sin ser campeón de Europa. Venció en la final con toda justicia y manejando casi siempre con solvencia una apreciable diferencia a su favor. El triunfo por 78-59 ante el Olympiacos fue inapelable
La Novena ya está aquí. Felicidades desde nuestra web.
La pesada mochila de tantos años sin reinar, el hecho de ganar sólo una desde 1980 al 2015, aquella de Zaragoza 1995, era algo que agobiaba al Madrid y al madridismo. Y más con la frustración de las dos finales perdidas en los dos últimos años.
El 6 de 14 desde la línea de tres puntos impulsaba a los de Laso, mientras que su rival pagaba el desacierto en tiros libres, un tremendo, e inesperado, igualmente 6 de 14 en tiros libres. De hecho, Spanoulis firmaba 1 de 4.
Un 5-1 en la reanudación puso el 40-29 aunque enseguida llegó un rápido parcial de 0-12 que colocó por delante de forma efímera al Olympiacos en el minuto 26. Pero el Madrid se levantó enseguida para acabar el tercer cuarto con un 53-46. Un triple de Nocioni ponía 10 arriba de nuevo a los blancos y esta vez la diferencia sí se sujetó mejor (62-52, min. 34). Nocioni remató al conjunto heleno con otro acierto de tres para el 65-55 a menos de cuatro minutos para el final y se vio que esta vez no habría nuevo milagro del equipo griego. El propio Chapu y Carroll fueron los mejores de su equipo, junto a la gran defensa de todos.
Real Madrid (15+20+18+25): Llull (12), Carroll (16), Rudy (7), Reyes (2), Ayón (2) -cinco inicial-, S. Rodríguez (11), Nocioni (12), Bourousis (-), Slaughter (2), Rivers (5) y Maciulis (9).
Olympiacos: Dunston (4), Spanoulis (3), Printezis (11), Mantzaris (1) y Darden -equipo inicial-, Petway (2), Hunter (10), Papapetrou, Sloukas (10), Agravanis, Lafayette (1) y Lojeski (17).