Por increíble que parezca, la FIBA en su delegación en Europa parece dispuesta a cumplir la amenaza de expulsar a las selecciones de sus competiciones internacionales. Es la represalia que se anunció hace unas semanas contra las federaciones de los países cuyos clubs hubieran votado a favor de la Euroliga y no de la FIBA en la guerra que mantienen por organizar los torneos de equipos en Europa.
FIBA ha enviado a 14 federaciones de Europa, incluida la española, una carta en la que les anuncia que sus selecciones absolutas pierden el derecho de participar en el Eurobasket del 2017. Es decir, que las selecciones no juegan como consecuencia de decisiones ajenas a ellas y a las federaciones de cada país pues son los clubs los que se han posicionado a favor de la Euroliga.
Sólo los equipos franceses no lo hicieron y en el resto de principales países el apoyo a la Euroliga ha sido masivo. A ello hay que unir el hecho de que casi todas las ligas domésticas están organizadas de forma independiente, es decir, sin el concurso de su federación. Es lo que hicieron a principios de los ochenta Italia y España y luego copiaron otras ligas.
Aparte de la española, las federaciones que recibieron esa carta de FIBA Europa que preludia un largo conflicto de cumplirse expresamente son 13 repartidas por todo el continente. Se podrían quedar fuera del próximo Eurobasket España, Italia, Rusia, Lituania, Polonia, Turquía, Bosnia, Montenegro, Eslovenia, Serbia, Crocia, Macedonia, Israel y Grecia.
El problema para la FIBA no es sólo cumplir esto y arriesgarse a una guerra ahora con sus federaciones sino cómo organizar un Eurobasket sin las principales selecciones. Qué nivel tendría uno con Francia, Ucrania, Finlandia, Bélgica, Letonia… a la espera de que se confirme si sancionan o no también a Alemania. Y qué patrocinadores y televisiones pagarían por él.

