Que la Euroliga debe protegerse de incidentes, de incumplimientos o de posibles disturbios, es evidente. Pero no lo es menos que al final no pasó nada grave en los partidos del Barcelona contra el Panathinaikos. En el OAKA o el Pionir hay sobre aforo muchas veces y nunca se han visto sanciones similares. Cuatro partidos a puerta cerrada tendrán que jugar los griegos la próxima temporada. Además, multa de 100.000 euros que se une a los 180.000 que había recibido en pasados días.
El uso de sirenas durante el juego es molesto y feo, láseres a los ojos de los rivales, se llevan tiempo viendo. Además, el juez único de la Euroliga dice que había bengalas. Todo ello supone esta nueva multa por reincidencia y cuatro partidos sin público, sanción que puede ser recurrida en los próximos diez días.
El siguiente en recibir una sanción esta semana será el Laboral Kutxa. El club vitoriano tendrá una multa segura por lanzamiento de objetos, pero no se espera que se le cierre el Buesa Arena.