
Tras acabar penúltimo la temporada, lo que implicaría el descenso en caso de que logren ascender los dos equipos de la categoría de plata, el ‘Estu’ confía en que la falta de dinero en otros proyectos le permita seguir dentro dela ACB.
Pero con pérdida o no de categoría, la directiva, con su presidente Juan Francisco García a la cabeza, no quiere escurrir el bulto. Así que se ha decidido poner los cargos sobre la mesa y que sean los aficionados y accionistas los que revaliden su confianza en el actual consejo de administración o se busque la entrada de un nuevo equipo gestor para la entidad colegial.
Antes de este consejo y de acordarse esta asamblea con la masa social, el presidente García y otros directivos se reunieron la semana pasada con un grupo de aficionados representativos de algunas peñas para dar su visión de cómo ha ido la temporada.
Además de anunciarles esa asunción de responsabilidades, de reconocer que hacen falta cambios en la estructura deportiva del club, tanto en el equipo ACB como en la cantera, «por la mala temporada y resultados», también se les indicó que no pueden irse de un día para otro por los importantes asuntos sobre la mesa.
El problema es que, al tiempo que la directiva actual tiene claro que el fracaso de la temporada les obliga a asumir responsabilidades, también conoce el interés de ciertas personas por acceder a la presidencia del club. Algunas de ellas han sido directivos hasta hace poco y su posible reaparición no gusta.
Igualmente, el actual consejo que preside el ‘Estu’ se ratifica en que quiere llevar a buen puerto una serie de operaciones en las que el club está inmerso. Es decir, la transición hacia una nueva directiva tiene que hacerse bien, sin prisa y sin que surja un vacío de poder o un aprovechamiento del club y de algunos de sus activos, como una persona ha intentado en los pasados meses. La venta del 50 por ciento del colegio que la entidad gestiona en Las Tablas es uno de ellos y la operación es inminente.
Hay que recordar que el Estudiantes salió de un concurso de acreedores, tiene una situación económica delicada y varios proyectos en marcha para ser viable con los que ser muy cuidadoso. Además, la firma Asefa continúa como patrocinador pero desea una estabilidad institucional y personas de su confianza al frente del club y no la tensión y la división de hace unos años, algo que casi supone la muerte de la entidad ya que estuvo a punto de no ser inscrita por la ACB.
