Este martes se celebra una asamblea anual ordinaria de la ACB y otra extraordinaria llamadas a cambiar la Liga española que hemos conocido los últimos años. Se apuesta por una competición cerrada y de 16 equipos y se hablará sobre el contrato de televisión. También de reducir los costes estructurales de la ACB, cifrados en diez millones anuales dados los salarios de 95.000 euros más bonus que tienen gente tan incompetente como la secretaria general, Esther Queraltó, y el director financiero, Gerard Freixa, dos personas que llevan 20 años cobrando dinerales sin hacer nada positivo.
Qué decir de la Queraltó, que ni siquiera modificó los estatutos de la ACB el año pasado cuando se quitó el poder a su presidente, Eduardo Portela, para dejarle como figura decorativa y traspasar el mando de la Liga a una comisión delegada de diez clubs.
Hay que reducir salarios y echar a personal para bajar esos diez millones de gastos fijos que son una locura y un sinsentido. Todo el país está en crisis y bajando gastos, los propios clubs lo hacen y Portela gana 350.000 euros -casi cinco veces más que el presidente Rajoy- al año como cuando la ACB generaba 25 ó 30 millones cuando ahora sólo genera 16.
Lo acordado hace unos meses es que la ACB reduciría sus gastos estructurales en la misma proporción en que bajaran los ingresos de patrocinio y televisión. Y como de la tele se va a ingresar un 40 por ciento menos… en el palacete de Iradier ya pueden echarse a temblar.
Asimismo, este martes hay que discutir y aprobar la venta de la plaza del Lucentum Alicante al CB Canarias, algo que la ACB no desea. De ahí que se haya estado llamando a los clubs para paralizarla. Asimismo, se busca amortizar este plaza y endurecer requisito económicos para que algún otro club como Valladolid no sea inscrito y así tener ya liga de 16.
También se va a modificar la normativa sobre ascensos y descensos… pero está por ver que la aprueben los clubs si no se hace con un cierre de la liga simultáneo. Se quiere acabar con la situación de este verano, donde al no haber ascensos no hubo descensos de Estudiantes y Valladolid. La ACB se quedaría con las plazas de los no ascendidos, otro camino para la reducción de equipos o para obtener ingresos futuros vendiendo esas plazas.
Si se suma la nueva normativa de control económico de los clubs, muchos asuntos polémicos sobre la mesa y el conflicto está asegurado.