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La Liga se presenta este martes mientras los clubes se reúnen para buscar una estrategia de crecimiento económico y nuevo presidente

Tras la tormentosa asamblea del pasado día 18 -que liquidó una era de 30 años en la ACB con el anuncio de la marcha de su cabeza visible en esta larga etapa, Eduardo Portela- los clubs vuelven a reunirse este martes con vistas a diseñar un nuevo futuro. Es curioso que, mientras tanto, su competición, la Liga, lo que más interesa al 95 por ciento de los aficionados, tendrá su protagonismo en Madrid, en un acto donde acudirán 18 jugadores y se hablará de la nueva temporada.

Pero la parcela de los despachos también es importante porque sin un crecimiento económico, nuevos sponsors, una estrategia que dé un giro a unos años de ingresos descendentes, la ACB no tendrá un futuro halagüeño.

El problema es que hablar ahora de cómo conseguir más dinero y de qué estrategia televisiva seguir los próximos años es complicado cuando la patronal de clubs ha quedado descabezada. Portela continúa como presidente de honor pero sin mando ni poder alguno. Y el director general, Beto Agustí, fue despedido en esa última asamblea del día 18.

Por tanto, aunque no esté en el orden del día de la reunión de este martes, es inevitable que los presidentes allí convocados tengan que hablar de sus sustitutos. En realidad, habrá uno que ejerza las funciones que tenían Portela y Agustí. Eso hace que sea muy difícil dar con el perfil deseado, el de alguien que conozca el mundo del deporte, de la empresa, con contactos, que sepa de marketing y televisión y que no cause recelos en algún club bien porque sea madridista, baskonista, barcelonista o lo que sea.

Los distintos presidentes consultados estos días reconocen que «va a ser muy complicado dar con la persona» adecuada, pero también entienden que «no podemos estar muchos meses sin un máximo dirigente». Por ello, toca proponer nombres y acelerar este proceso de selección de candidatos.

Todo con dos premisas claras a aceptar por todos: que quien sea elegido tenga capacidad de mando y pueda hacer su equipo de trabajo al margen de una estructura ACB quemada y sobredimensionada; y que tenga claro que la captación de ingresos es lo prioritario. Este año la ACB no sólo no reparte beneficios a sus 18 clubs asociados sino que éstos deben sufragar un déficit de un millón de euros, que son las pérdidas proyectadas que se les comunicó el pasado julio.

Jordi Villacampa lo explica así hoy en el Mundo Deportivo. El presidente del Joventut dice que que el objetivo es «repartir dinero para los clubs, que haya un mejo contrato de televisión y de patrocinios» y que se están barajando dos tipos de perfiles para el nuevo máximo mandatario, un ex jugador con relación con todos los clubs y capacidad de gestión o un cargo político con buenas conexiones con las instituciones.

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