El arbitraje del pasado martes en el partido entre el UCAM Murcia y el Gran Canaria ha generado una gran polémica y mucho enfado en la entidad murciana. Los vídeos que circulan por youtube evidencian la cantidad de errores de los colegiados que los aficionados que llenaban el pabellón ya percibieron en directo. Hubo mucho cabreo en las gradas y mucha tensión en el ambiente a medida que transcurría el encuentro y se acumulaban los errores. También algunos contra el conjunto canario.
El UCAM emitió una queja formal ante la ACB y el departamento arbitral y ha recibido explicaciones de ambas partes. Paco Monjas, como director de Arbitraje, ya tenía el propio martes un informe e imágenes de lo sucedido y reconoció al club murciano que tenían razón en parte de sus quejas.
Como los partidos no se pueden repetir ni nada parecido, los clubs afectados por errores flagrantes en su contra y que pierden un partido por ello sólo pueden hacer esto: ruido, quejarse, mostrar públicamente su disconformidad. Al menos la ACB y Monjas han actuado con rapidez para aceptar lo sucedido. UCAM como institución, sponsor y dueño del club no entiende que sucediera algo así cuando han llegado para respaldar al equipo y consolidarlo en la máxima categoría con un buen presupuesto.
El caso es que en las últimas semanas son unas cuantas las polémicas arbitrales que acumulamos. Algo malo para la Liga y que confirma lo que venimos años diciendo: se pita muy mal y faltan árbitros de calidad. Que Bultó actúe de colegiado principal es un sinsentido. Era muy malo de ayudante y su ascenso no se entiende. Fue el mismo colegiado hace dos semanas en el escándalo del Baskonia-Fuenlabrada.