Joan Creus criticó en pleno palco al director de arbitraje, pero el Comité ve acertada su labor

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Que un Madrid-Barça de fútbol genera toneladas de polémica, mucha de ella artificial, sin sentido y olvidada en tres días salvo alguna cosa realmente controvertida, es algo asumido. El aficionado se desahoga, la patética prensa deportiva española llena páginas y minutos de radio quedando retratada en su espeluznante mediocridad y santas pascuas, hasta la siguiente.

En baloncesto, la ACB ha preferido desde hace muchos años que las cosas de la cancha no salpiquen fuera. Así que la polémica arbitral ha sido escasa, rara vez ha saltado a los medios y sólo un pique Querejeta-Juan Carlos Sánchez el año pasado, alguna queja por errores arbitrales evidentes como aquel tapón de Hervelle ilegal al Bilbao Basket hace unos años, alguna canasta fuera de tiempo que cuesta una derrota… sólo esas cosas se me vienen a la memoria ahora mismo.

Por no haber, no suele haber ni declaraciones salidas de tono.

¿Es bueno para el baloncesto que la enorme polémica surgida ayer en el primer partido de la final, con rajada de muchos miembros del Barcelona incluida, llegue a la calle y los medios de comunicación?

Joan Creus se fue nada más acabar el encuentro al director de arbitraje, Alberto García Chapuli, a recriminarle la actuación de los colegiados y, sobre todo, explican testigos a esta web, lo rápido que metieron a su equipo en bonus dando tiros libres al Madrid. Que lanzó muchos más, es cierto.

Pero el departamento arbitral analizó a primera hora de la tarde lo sucedido y concluyó que los colegiados no habían estado mal y que, en la jugada clave de Sada, acertaron pues no está nada claro que haya falta, según informan a esta web. El Comité preparó su informe como suele, pero que no espere el Barça que su tésis de perjuicio arbitral se vea avalada.

El caso es que el arbitraje no fue bueno, pero difícilmente se puede decir que perjudicó al Barça, que ganaba por 10 en el minuto 34, por 5 en el 37 y por 4 en el 39… con esos mismos colegiados. Se hinchó a perder balones y el Madrid remontó. Ni siquiera se puede afirmar con rotundidad que se equivocaron en la última acción de Sada.

Que el arbitraje pudo ser caserillo, pues menos que los dos que acaba de tener el Barça en semifinales contra el Gran Canaria, donde encima Sada sí mete una canasta con irregularidad de pasos, viniendo de fuera de pista y con la mesa sin accionar a tiempo el reloj, que ya es el colmo. Y el Granca calló.

GlobalSun

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