No habrá ‘lockout’, cierre patronal, en la NBA como en el 2011. Un trabajo serio y silencioso, una vez más demostrando la valía del comisionado Adam Silver, más la bonanza económica de la Liga, permiten evitar conflictos. Aparte del capítulo salarial, hay otro tema clave en el nuevo acuerdo anunciado: la temporada regular durará una semana más para que los equipos no tengan en algunas la acumulación actual, de cuatro o cinco encuentros en siete días.
Además, habrá menos ‘back-to-back’ para cada franquicia, las famosas dos noches seguidas de partidos con un viaje por medio. Además, la pretemporada de partidos será más corta e incluso menos franquicias jugarán partidos internacionales, aunque está por definir.
Es también un triunfo de los jugadores que se hagan por primera vez con sus derechos de imagen, ya que hasta ahora la NBA comercializaba esos derechos pagando a los jugadores una parte de los ingresos, pero a partir de ahora los jugadores, a través de su sindicato, podrán conseguir ingresos por su cuenta.
En aspectos salariales concretos, mejoran las condiciones de renovación para los jugadores más veteranos. El actual convenio impedía que un jugador firmará un contrato de cinco temporadas por el máximo si en ese tiempo iba a cumplir 36 años. Ahora será posible y eso afecta por ejemplo a Lebron James y Chris Paul.
La edad para acceder al draft se mantiene en los 19 años y se mejora la escala salarial en los primeros contratos para ‘rookies’.
Por último, los jugadores mantienen su participación del 51% en los ingresos generados relacionados con el baloncesto. Pero los jugadores calculan que tendrán 1.500 millones de dólares para repartirse ya que el porcentaje se mantiene, aunque el hecho de que más aspectos del negocio estén incluidos en ese 51% les otorgará más dinero.
