Dos países que un día compartieron eso, país, se enfrentan en la gran final del EuroBasket 2017. Eslovenia y Serbia se miden con el objetivo de ganar su primer oro en baloncesto masculino absoluto como naciones independientes. Dos vecinos por el trono continental, con Serbia buscando ser campeona por primera vez desde el 2001, cuando era todavía una federación con Montenegro. Serbia, 7 millones de habitantes y Eslovenia apenas dos, conviene recordarlo ante los 82 de Alemania, los 144 de Rusia, los 46 de España o los 67 de Francia.
Eslovenia llega invicta al partido. La gran victoria ante España en semifinales así lo refrenda. Han demostrado ya sobradamente que han venido a por el campeonato. Goran Dragic es el líder supremo y Luka Doncic es el joven que enamora, pero detrás hay mucho más. Kokoskov, entrenador asistente en la NBA, se ha destapado como un gran estudioso del rival que encuentra soluciones distintas para mismos problemas.
Vidmar se ha convertido en el gran muro, inteligente en la defensa de estrellas más brillantes que él y con un juego de pies en ataque que pone a bailar a más de uno. Prepelic es el tirador tapado y está completando un campeonato soberbio. Blazic, nuevo jugador de MoraBanc Andorra, en su papel de luchador incansable. Randolph, si sabe controlarse a sí mismo, será una llave importante para saber cubrir a los aleros altos del rival. Y se pueden unir a la fiesta, como ya lo están haciendo, otros como Muric o Nikolic.
Serbia ha ido de menos a más. Tras empezar dubitativa la fase de grupos, el deshacerse de Rusia en semifinales les ha dado alas para volver a coger el buen punto de forma que les ha caracterizado estos últimos años. Bogdanovic es el que tira del carro, el que pone los puntos y el carisma.
Las numeriosas bajas han obligado a otros a dar un paso al frente, a jugadores como Macvan, Jovic o Lucic. El papel de Djordjevic dirigiendo la defensa será una de las claves para parar a los eslovenos muy ágiles cuando encaran la canasta rival. Uno de sus ases será el juego interior, para lo que los serbios tienen a dos gigantes como Kuzmic y Marjanovic asolando la zona como si fuera su zona de aparcamiento.
Otros aspectos a vigilar: los minutos como suplente de Micic o el papel no muy definido de Bircevic y Stimac.