Cuando muere un deportista, algo se nos muere a todos. Les hemos visto en directo o por la tele, así que inevitablemente quedan muchos recuerdos e imágenes. Anoche, a punto de empezar la prórroga en el Palacio entre el Real Madrid y el Unicaja me confirmaban la muerte de Carlos Montes. Se me vinieron a la cabeza miles de esos recuerdos, de jugadas, de partidos suyos, de mates, de conversaciones…
Le traté bastante durante esos dos años en los que estuvo en el ‘Estu’ de director deportivo, del 2008 al 2010, aunque sólo en la primera temporada ejerció y luego quedó en segundo plano. Siempre fue respetuoso y amigable conmigo aunque no estuviéramos de acuerdo en cosas y sobre terceras personas y así le recordaré. Estos últimos años los pasó entrenando en un colegio de Madrid.
También me quedan esas fotos antiguas de un ‘Estu’ vestido de amarillo y con Argentaria de sponsor, luego de rojiverde en el Caja San Fernando, de mates y saltos, de sus tiros en suspensión, de contraataques con Russell y Vicente Gil leyendo, como siempre, a la perfección el pase, de Pinone asistiéndole a él o Russell cuando éstos cortaban a canasta con la maestría con que lo hacían. En este vídeo se aprecian sus virtudes en defensa y rapidez para correr la pista.
Montes, histórico alero de Estudiantes y de toda la Liga Endesa, falleció ayer en Madrid a los 48 años en un terrible accidente de tráfico. Tras jugar 605 partidos durante 18 temporadas en la ACB, se convirtió en el sexto jugador con más participaciones en la elite. Pero sobre todo, fue conocido por su intensidad defensiva y su espectacular salto. En definitiva, un adelantado a su época, un saltarín que llegó a codearse con los mejores ‘matadores’ de los 80.
Apodado ‘Saltamontes’ por la Demencia durante su etapa en el Ramiro, del ‘Estu’ (1984-1991) pasó al Baloncesto Sevilla (1991-1996). Después, completó su trayectoria en Granada (1996-1998), Cáceres (1998-2001) y CB Valladolid (2001-02).