La junta extraordinaria de accionistas celebrada esta noche por el Estudiantes no tuvo emoción alguna pues la directiva actual se había preocupado previamente de acumular acciones para seguir en el poder. No dimiten y se atrincheran en el cargo pese al descenso. Si por una vez no han mentido, que está por ver, a preguntas de los escasos accionistas presentes han dicho que hay una deuda pendiente con Hacienda de 7,7 millones. Se negocia un calendario de pagos con aplazamientos a varios años para poder hacer frente a esa cifra.
Todo ellos después de pagar a primeros de julio 2,7 millones a Hacienda para rebajar la cifra de 10,4 que tenían pendiente. Miembros de la directiva y patrocinadores han puesto parte de ese dinero. Esto supone que hay que devolvérselo a unos y detraerlo del presupuesto de la próxima temporada en el caso de los sponsors.
Aparte de estas enormes deudas, hay otras con otros proveedores y acreedores y se debe mucho dinero a la plantilla del pasado año y los trabajadores del club. En total, serían más de 10 millones contando todo.
La directiva ha explicado cómo una comisión deportiva realizaba los fichajes y reconoció errores pero ningún responsable ha dimitido. El presidente Fernando Galindo tampoco parece ya proclive a irse cuando en primavera era su intención.
La auditoría de broma que hace la ACB está superada y el club colegial será inscrito para la próxima temporada.
