Acaba una semana en la que aficionados y menos aficionados hemos festejado el oro de España en el Eurobasket, con todo lo que eso supone de añadido: gran audiencia televisiva, repercusión mediática, conversaciones de bar sobre Gasol y compañía… Algo inusual en este deporte salvo cuando hay un éxito de la selección. El torneo dejó la evidencia de que cada seleccionador se maneja mejor con una rotación de ocho jugadores más uno o dos más para minutos esporádicos. Scariolo se aplicó a ello según avanzaba el torneo y los roles y quintetos quedaron mejor fijados.
Collet con Francia fue igual, jugaban nueve, alguna vez diez y Jaiteh y Westermann no pisaban apenas la pista. Lituania lo mismo, con la facilidad para ello que daba el llevar dos jóvenes como Lekavicius y Sabonis. Incluso Grecia se jugó los cuartos de final así contra España, con seis jugando mucho y algunos minutos para Bourousis, Sloukas y Perperoglou. Papanikolaou y Mantzaris ni pisaron la cancha.
Quizá Navarro no esté físicamente para la exigencia de unos Juegos, es lo que parece. Pero quizás sí. El caso es que será un torneo que servirá de probable despedida al escolta del Barça, a Reyes y a Pau Gasol. Incluso a Calderón si acaba entrando en la lista, algo que está por ver ya que Ricky también está ahí y los dos Sergios del Real Madrid son incuestionables… si están bien este curso.
A ellos hay que sumar el debate que puede producirse una vez más en torno al nacionalizado a llevar, Mirotic o volver a Ibaka. El hispano-montenegrino tiene el 95 por ciento de las papeletas si no hay lesión. Pero puede suceder que su temporada no sea buena y sí lo sea la de Ibaka. O que Pau y Reyes noten el peso de la edad este curso y en la pintura pueda hacer más falta la fortaleza física de Ibaka que el talento de Mirotic.
Es decir, que va a ser una convocatoria muy difícil de hacer para Sergio Scariolo. Y el seleccionador ha dicho durante el torneo pero sobre todo esta semana en distintas entrevistas radiofónicas y el lunes en Madrid que la gestión de roles y egos este campeonato ha sido más sencilla. Que es donde en esta ocasión le ha sido más fácil la tarea. Una vez de que había menos nombres y talento, el equipo se ha volcado en Pau Gasol y todo el mundo lo ha entendido.
Todo un aviso para los Juegos, donde llevar a estrellas de largo palmarés, titulares NBA o piezas clave en un campeón de Euroliga para no jugar puede ser un contratiempo interno serio.