Así hace las cosas el Unicaja. Igual que el año pasado fichó a Repesa sin acabar la temporada, este curso la entidad malagueña eligió hace meses a Joan Plaza. Ha barajado otros nombres, lo mismo europeos que españoles, pero en las últimas semanas se decantó finalmente por Plaza. Repesa se irá tras sólo una temporada al frente.
No está todo acordado pero el club quiere tapar lo antes posible el ridículo, el fracaso de quedarse por segundo año fuera de los playoff tras no entrar tampoco en la Copa, así que puede ser inminente… salvo que Plaza prefiere esperar y aclarar algunas cosas de funcionamiento interno.
Un fiasco total, un descalabro, una verguenza vistas las expectativas creadas, el presupuesto, los fichajes y lo que han dicho los máximos responsables de la entidad durante meses sobre el potencial del equipo. Cualquier calificativo se queda corto para explicar la temporada del Unicaja. Así que hacen falta nombres ya para hacer olvidar el fracaso.
Por eso se filtraba el fichaje del lituano Mindaugas Kuzminkas, de 2,05 y 23 años, justo el día en que te juegas el acceso al playoff, para que el desastre se tapara parcialmente. El alero sonaba en Málaga desde hacía semanas. Con razón puesto que este fichaje sí está atado desde hace casi tres meses. Kuzminkas firma por dos años más otro opcional.
Lo siguiente que quiere hacer el presidente Eduardo García, que lleva ya más de dos años al frente del club, con una patética gestión deportiva es rodearse, por fin, de una estructura. Quiere un director general con mano también en el área deportiva y un director técnico que trabaje en los fichajes y primera plantilla pero también cercano a la cantera, mal llevada tantos años y de la que no sube casi ningún jugador. Manolo Rubia será relevado de sus funciones y, aunque puede seguir dentro del club, no tendrá nada que ver con el nuevo proyecto.
Eso sí, García aferrado al sillón.