Doble jornada de Euroliga y dos derrotas del Real Madrid dolorosas, una por pura impotencia para resistir al Valencia Basket en el Roig Arena y otra en casa frente a un Panathinaikos absolutamente superior de principio a fin. El marcador final, maquillado un poco, no refleja del todo la gran actuación del equipo griego -su 2 de 12 en tiros de tres de la segunda mitad les frenó algo- y las fases tan malas que tuvo el Madrid, incapaz de jugar bien más allá de cinco minutos en algún cuarto y de defender más de uno bien a un rival que utilizó una rotación corta, que sólo tiene un pívot hasta que no vuelva Lessort y que ha encontrado una fórmula inesperada en hacer coincidir en pista a dos bases que bailaron por momentos a sus pares del Madrid, Shorts y Sloukas. Muy mal de nuevo Scariolo en la táctica, plan de partido y estrategia para cambiar algo en la segunda parte.
El Madrid empezó visiblemente blando y el Pao lo aprovechó para escaparse a un 9-19 en el minuto ocho. Un triple de Abalde cerró este cuarto con el 16-22 y las rotaciones estaban mejorando al equipo blanco, especialmente con Maledon a los mandos, pero sólo en ataque (26-32, min. 14). Faltaba mucho trabajo defensivo ante un rival que estaba moviendo el balón muy bien y donde Shorts y Sloukas encontraban el pase perfecto. Con mucho acierto además, tanto en el perímetro como cerca del aro (29-38).
Un triple de Osman para el 32-43 a tres minutos del descanso enfadó a Scariolo, con Llull especialmente mal atrás pero bronca a todos, porque la falta de actividad en el perímetro de todos era clara, 6 de 11 ya el Pao en tiros de tres. Se llegó al descanso con un 38-52 y dos triples de Osman para romper más la incomprensible zona ordenada por Scariolo. Llull estaba en -3 tras tres errores en ataque, un acierto previo de Osman, dos defensas horribles suyas en el 2×2 de Sloukas con Faried…
En menos de dos minutos un preocupante 40-59 pero buena reacción del Madrid (50-61) y por fin la defensa punteaba tiros y cerraba el camino al aro. Pero rápido tiempo muerto de Ataman y el conjunto heleno se recompuso muy bien (56-71, min. 29) con un tremendo Sloukas. Se alcanzó el último periodo con un 59-73 y sensación de que sólo una debacle del Panathinaikos podía abrir la puerta a la esperanza a los de Scariolo.
Tres minutos sin anotar y un +18 en el luminoso dejaron claro que estaba lejos de verse. La amplia renta visitante se mantuvo (66-80, min. 36). Aun así, el Madrid no se rindió y pudo oler su oportunidad. Con tres minutos por disputarse Campazzo tuvo un triple frontal para situarse a ocho, pero bola al aro. El argentino lleva mucho tiempo lanzando mal. En el ataque siguiente sí entró el de Juancho Hernangómez y 71-85 para sentenciar.
