El Real Madrid se exhibe en ataque con muchos puntos y 29 asistencias y no dio opción al Fenerbahce (101-86)

El Real Madrid necesitaba un golpe de efecto para despejar las posibles dudas que su irregular rendimiento de los últimos dos meses y medio pudieran generar. Habia perdido más partidos de lo habitual y muchos contra los principales rivales, pero el frente al Fenerbahce es muy significativo.

Gran nivel en ataque, muchos jugadores aportando, más de cien puntos metidos con flojo porcentaje en el triple… Derrotar así al líder y a un oponente que puede tocar en la Final Four tiene su importancia. Obradovic se desesperó y abroncó a sus jugadores como suele, pero se sentó hacia el minuto 32 dando por hecha la derrota.

El partido comenzó de un modo que luego viró totalmente. Había un 10-19 en el minuto 6 pero llegó un parcial de 12-2 y los blancos se pusieron por delante. La diferencia subió hasta un 34-25 y el conjunto turco no encontraba la forma de frenar a los de Laso.

Al descanso, un 52-45 y eso que el Madrid tenía un 2 de 10 en triples. Pero también más de un setenta por ciento de acierto en tiros de dos y una buena actitud defensiva. La renta subió en el tercer periodo de nuevo con mucho acierto y sin que Obradovic encontrara un quinteto que redujera el poderío anotador de los locales.

Un 4-0 en los primeros segundos del último cuarto puso la máxima diferencia con el 81-61. Randolph y Llull habían brillado en ataque y Tavares había cerrado el aro con el temor que genera y tres grandes tapones.

Lo más difícil estaba hecho y sólo quedaba sostener esa amplia ventaja. Lo supieron hacer los de Laso (93-76, min. 37) tras las ventajas perdidas en otras ocasiones. Las 29 asistencias repartidas son una cifra altísima y 10 fueron de Llull.