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El Real Madrid rompe la mala racha a domicilio con un gran triunfo en el Palau (92-101) y el Barça fue despedido con pitos

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El grito de más de la mitad del Palau al acabar el partido de ‘Cubells dimisión’ es significativo. El barcelonismo había asistido a una exhibición y victoria del Real Madrid en el pabellón azulgrana, lleno de buenos jugadores y con dinero invertido. El Barça es todo lo contrario, una pésima gestión en los despachos y, encima, en la pista un entrenador superado por las circunstancias. Cuando Peñarroya no pone nada a Norris, minutillos escasos para Brizuela, Parra o Hernangómez o ha tenido un mes sin jugar a Fall, pues queda claro que, con Juan Núñez lesionado, le quedan siete jugadores de su confianza. No puedes ganar así a un rival que es mejor y que tiene más recursos y calidad en el plantel construido. Después de cuatro derrotas a domicilio, el equipo blanco rompió esa racha en el mejor escenario posible y con Lyles estelar.

Tremenda primera mitad porque no puede decirse que faltó cierto esfuerzo defensivo pero es que la calidad de ambos contendientes en ataque fue enorme, lo que llevó a un 48-58 al descanso. El grado de acierto había sido gigantesco, con cuatro minutos espectaculares del Madrid para coger una renta de 17 puntos y el Barça remando para seguir vivo.

Desde el inicio hubo mucha anotación, aunque del 21-24 se pasó a un 23-34 al término del primer cuarto con canastón desde 19 metros de Okeke sobre la bocina. Hizo daño al conjunto azulgrana, que tardó en reaccionar y con un quinteto de suplentes y sin pesos pesados como Punter, Shengelia, Vesely y Clyburn, sufrieron. El 23-39 fue ya una ventaja apreciable para los visitantes. Una canasta de tres de Maledon les dio una nueva máxima renta con el 27-44 y ahí por fin reaccionó el Barcelona, de nuevo con los titulares en pista. El 37-47 les acercó, Vesely estuvo fantástico en este tramo, pero el Madrid resistió. El 48-56 fue lo más cerca que se pusieron los de Peñarroya aunque una canasta de Tavares tras rebote ofensivo dio el +10 a los blancos en el ecuador del choque.

Vesely había totalizado 13 puntos y el 8 de 15 en lanzamientos de tres del Barça era muy bueno. En el Madrid, aún mejor desde el arco con un 9 de 13. Pero sobre todo un aspecto clave, el rebote: 10-20 en esta estadística para los de Scariolo. Lyles había sido el más destacado con 16 tantos en sus doce minutos en pista.

El propio Lyles marcó las diferencias con ocho puntos en la reanudación y el 52-68 en el minuto 24 ponía otra vez mucha distancia en el luminoso. Aunque se puso a once en un par de ocasiones el Barça (65-76) lo cierto es que Satoransky vio técnica y la quinta falta y sentar a Vesely, Punter o Shengelia desmorona a un equipo que no tiene una segunda unidad potente. Esta vez entró Willy en vez de Fall, desastroso, cuando descansó Tavares pero se comió dos canastas y falló dos tiros libres el madrileño, así que 69-85 a falta del último periodo.

La victoria visitante nunca peligró. Ni cuando tuvieron tres minutos y pico malos porque el Barcelona se acercó a un 79-89 pero nada más ya que, defendiendo bien y recuperando dos bolas, fallaron sendos lanzamientos a manos de Punter. Un triple de Maledon dio aire al Madrid y ya se llegó al tramo final con todo decidido, 83-97 a 1m57s de la conclusión. Sencillamente, ganó el que es mejor equipo y jugó además mejor, con el marcador final muy maquillado a última hora. Impresionante 15 de 26 final de los blancos desde la línea de 6,75 y su dominio del rebote también fue apabullante.

Por cuartos 1 2 3 4
BARCELONA 24 24 21 23
REAL MADRID 34 24 27 16

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