El Barcelona está viviendo una pesadilla porque el Real Madrid está siendo sumamente superior. Extraordinarios de nuevo los blancos y el título será suyo salvo debacle. La final está ahora 2-1 y cuesta creer que los de Jasikevicius puedan levantarse para igualar la serie este domingo. Lo que sí es quizá esperable es que no ofrezcan una imagen tan mala como en este encuentro, donde cometieron 19 pérdidas de balón, carecieron de tiro exterior, de físico en la pintura y acabaron sufriendo lo indecible en el rebote, 15 en ataque del Madrid. Si llegan a estar mejor en el tiro de tres (6 de 25, 2 de 12 en la segunda parte), la paliza habría sido tremenda.
El partido comenzó igualado, pero del 11-12 del minuto 7 se pasó a un 18-12 y a un 21-16 al final del primer cuarto. Jasikevicius había puesto en pista a diez jugadores diferentes, señal clara de que no estaba satisfecho con casi nadie. Con muchos fallos a canasta y cinco pérdidas de balón, de repente su ataque se hundió. Ocho puntos muy seguidos de Kuric y dos más de Sanli apretaron de nuevo el luminoso (27-26) y hasta tuvieron ataque para ponerse por delante, aunque perdieron la bola.
Perdieron varias más, el Madrid apretó, les tuvo más de tres minutos sin anotar, se pusieron ocho arriba y un triple de Rudy les dio la máxima ventaja hasta el momento (44-34, min. 19). Al descanso finalmente un 46-39 tras una falta en el último segundo de Yabusele a Davies que dio tres tiros al pívot y no desaprovechó.
6 pérdidas contra 11 de los azulgrana, que además volvieron a sufrir mucho en el rebote pues los blancos capturaron 8 en ataque. La sensación es que la superioridad del Madrid en algunos momentos había sido mayor de lo que indicaba el luminoso. Enseguida un 50-39, un 55-42 y por fin llegó una pequeña reacción, un 0-6 para intentar agarrarse al partido.
Otra buena defensa y 55-50 en el minuto 25. Nada de nuevo, inmediato 6-0 de los blancos y un 66-53 en el minuto 29. El parcial siguió subiendo (72-53, min. 33) porque entre lo bien que defendían los de Chus Mateo y lo mal que jugaban los barcelonistas, el destrozo era inevitable. El partido no tuvo ya más historia que el disfrute de la afición local.
R. Madrid (21+25+20+15): Hanga (7), Causeur (13), Deck (14), Yabusele (9), Tavares (10) -cinco inicial-, Llull (10), Poirier (6), Taylor (5), Rudy (3), Abalde (2), Núñez y Ndiaye (2).
Barcelona (16+23+14+13): Calathes (10), Higgins (3), Exum (5), Mirotic (9), Sanli (-) -cinco inicial-, Laprovittola (6), Davies (8), Kuric (15), Jokubaitis (2) Smits (5), Abrines (3) y Sergi Martínez (-).
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