El Real Madrid parece que no ha descansado en verano. Llegó a la Supercopa dando imagen de estar muy fino en un verano sin torneos de selecciones. La plantilla pudo descansar y luego entrenar un mes tranquila. Llull y Randolph están mucho mejor que como acabaron el pasado curso y Deck parece un fichaje acertado. El Obradoiro pareció un equipo muy pequeño a su lado (61-81). Compitió con poca puntería hasta el descanso y luego fue «aplastado», como dijo su entrenador en el tercer periodo. A la final los blancos, que será este sábado (19.15h) contra el Baskonia.
El encuentro empezó con muy poco acierto por ambos bandos, aunque alguna buena racha permitía al Madrid ir siempre por delante con ventajas de 4-6-8 puntos. Había un 12-20 en el minuto 10 pero enseguida se apretó un poco el marcador hasta que, en el minuto 18, de un 29-32 se pasó a un 29-40 con dos triples y un costa a costa de Deck.
En la reanudación, el Madrid se escapó en menos de cuatro minutos a un 38-55. El ‘Obra’ se hundió, impotente en defensa ante los de Laso y sin ideas cada vez más en ataque. El 42-68 del minuto 30 era llamativo. 12 de 42 llevaban los locales en ese momento en tiros de campo, apenas doce canastas metidas.
44-74 a falta de ocho minutos en una sangría sin fin porque Laso podía rotar mucho entre sus 12 jugadores y todos anotaban y estaban frescos. Llegó la relajación de los blancos y un parcial de 13-0 para aligerar la paliza, pero el contundente triunfo no peligró.
Obradoiro (12+22+8+19): Pozas (2), Vasileiadis (15), Simmons (5), Llovet (-), Hlinasson (4) -cinco inicial-, Sabat (14), Stephens (6), Obst (2), Spires (4), Navarro (7) y Brodziansky (2).
R.Madrid (20+20+28+13): Llull (17), Causeur (7), Taylor (8), Randolph (12), Tavares (6) -cinco inicial-, Campazzo (4), Rudy (2), Prepelic (2), Reyes (4), Deck (10), Ayón (4) y Carroll (5).

