El Unics Kazán, como el Galatasaray hace dos semanas, fue un rival incómodo en el coliseo blanco que dio guerra durante más de tres cuartos. Pero la victoria se la quedó el Real Madrid, con una claridad en el marcador que no hacer justicia al buen partido del equipo ruso (89-75). Hay que resaltar que el mejor Madrid emergiera cuando el partido se le había atragantado y había decisiones arbitrales ‘rarunas’ que estaban sacando de quicio a algunos.
Fue un partido con unos colegiados malos y sin criterio. Y con dos efemerides: Carroll jugó su partido número 364 con el Madrid, igualando a Bullock como el extranjero que más veces ha vestido la camiseta del equipo blanco, cifra que, lógicamente, superará en los próximos días. Además, Reyes rebasó a Diamantidis y ya es el quinto máximo anotador de la historia del torneo, de la que es el máximo reboteador.
Fue también un segundo cuarto donde algunas decisiones arbitrales no gustaron nada a la parroquia blanca. Tampoco en el tercer cuarto. El Unics acabó poniéndose por delante de forma efímera (42-43) y eso espoleó a los de Laso, que abrieron brecha de nuevo (52-45). Renta que seguía al inicio del último periodo (62-55) con Hunter como inusual estilete.
Dos triples de Carroll y una acción de 2+1 del propio escolta colocaron el 71-59 en el luminoso y el conjunto ruso ya sólo pudo rebajar unos instantes la desventaja pero sin dar más sustos. Dos triples de Llull y otro de Rudy sentenciaron al Unics (82-70, min. 37).
Real Madrid (25+15+22+27): Llull (14), Doncic (-), Maciulis (9), Reyes (16), Ayón (6) -cinco inicial-, Rudy (12), Draper (-), Randolph (8), Carroll (11), Nocioni (3), Hunter (10).
Unics Kazan (17+20+18+20): Langford (13), Parakhouski (19), Colom (10), Panin y Kaimakoglou (5) -equipo inicial-, Johnson (5), Antipov (6), Banic (12) y Williams (5).