Entonces el presidente Luis Castillo paró el duro golpe presentando un patrocinador y cobrando unos 400.000 euros de lo que le adeudaba la Generalitat Valencia de compromisos de años anteriores. Queda cobrar alrededor de 600.000 pero no hay fecha por falta de liquidez. Y el sponsor está casi imposible de lograr de forma inminente tras haberse roto el preacuerdo.
Así que los jugadores están sin cobrar, se debe dinero de años anteriores y será muy difícil con estas cuentas que la ACB pueda inscribir a la entidad alicantina. Castillo sigue confiando en ello, pero van a ser dos meses agónicos.
Txus Vidorreta ha decidido irse y no continuar como entrenador en circunstancias tan difíciles. En declaraciones a Canal Nou dice que «antes de hablar de mí hablaré del club y está claro que necesito unos mínimos, sobre todo de estabilidad económica y deportiva para continuar, eso es evidente».
No la ve y por eso añade que «en las condiciones en las que lo venimos haciendo en el último año y medio yo tengo claro que no voy a continuar en la ciudad». El técnico indica que «aunque me encantaría estar en el Lucentum muchos años más, creo que no se dan las condiciones para continuar».
Se asume desde el club gallego que será casi imposible colocar muchas de esas acciones en manos de los aficionados y que deberán ser los responsables del club quienes se hagan con ellas puesto que el ayuntamiento y diputación no están dispuestos, algo que sí hicieron en su día los de Alicante, Granada, Menorca o Valladolid.
El Iberostar Canarias tampoco tiene fácil el ascenso a la ACB conseguido en la pista. El gobierno canario les ha comunicado que no puede garantizarles una subvención importante a cuatro años vista que sirva de aval al club para pedir un crédito bancario y pagar el cánon de inscripción.
El gobierno canario ha roto el convenio con los dos clubs de fútbol de las islas y reducido la subvención al Gran Canaria de Las Palmas y tampoco tiene fondos para el Iberostar tinerfeño.