El 1-0 fue para el CSKA de Moscú. Los de Messina eran favoritos a priori en este cruce de cuartos y se mostraron muy superiores en este primer duelo (89-78) con el marcador maquillado en los tres últimos minutos. El Caja Laboral arrancó mal, no fue consistente en ningún momento y careció de la garra que tantas veces le ayuda, sobre todo en días de poco acierto en ataque. Pero si estás mal atrás y mal en los lanzamientos (3 de 19 en triples), la paliza es inevitable ante un equipazo como el conjunto moscovita.
San Emeterio acabó lesionado y habrá que ver su estado para el segundo partido. El juego del CSKA no por conocido y con mucho uno contra uno no es fácil, está claro, de parar por su calidad individual y sus buenos pasadores más un Kaun y Krstic letales bajo el aro.
Desde el primer cuarto se vio la imposibilidad del conjunto vitoriano para parar en defensa a su rival. Encajó 26 puntos en él y un 50-35 hasta el descanso. Sólo durante algún minutillo lograban frenar un poco el ritmo anotador de los rusos. Como además éstos dominaban el rebote y en defensa concedían tiros lejanos cerrando penetraciones o canastas a los interiores.
Enseguida llegó el 58-37 y quedó claro que la mejoría para el viernes deberá ser notable si se quiere competir y evitar un 2-0 que complique mucho la elimintoria.
Un 64-52 acabando este tercer periodo dio ciertas esperanzas pero el último empezó con un 73-58 y un triple de Teodosic sobre la bocina puso el 76-60 a ocho minutos de la final cortando cualquier nuevo amago de apretar el encuentro. Robo de balón y nueva diana desde el 6,75 de Weems para sepultar las ilusiones baskonistas. El viernes habrá que ser más duro los 40 minutos.
89 CSKA: Teodosic (17), Weems (19), Khryapa (7), Erceg (5), Kaun (16) -cinco inicial-, Papaloukas (-), Krstic (16), Micov (9), Jackson (-) y Vorontsevich (-).
78 Caja Laboral: Cook (-), San Emeterio (2), Nocioni (16), N. Bjelica (9), Lampe (12) -cinco inicial-, Causeur (17), M. Bjelica (10), Heurtel (4), Pleiss (6) y Jelinek (2).