El Laboral Kutxa eliminó con muchos apuros al Gran Canaria y dando la sensación de ir cuesta abajo desde la Final Four. Han perdido intensidad y puntería, también parece que hambre. Si a ello sumas que enfrente tienen a un Barcelona necesitado de reivindicarse y de ganar un título importante, pues paliza al canto (84-57). Esta semifinal arrancó de forma seguramente inesperada, con los azulgrana destrozando desde el minuto 4 al 40 a su rival. Pau Ribas jugó unos minutos para ir recuperando sensaciones y Lawal fue reservado por sus molestias en una rodilla.
Del 4-5 inicial se pasó a un 16-7 y luego a un 25-14 ya en el minuto 13 que dejaba tocado al equipo vitoriano. Un triple de Vezenkov puso el 33-15 poco después y el Laboral Kutxa amenazaba derrumbe. Al descanso un 43-28 para los de Xavi Pascual, que tenían más lanzamientos hechos, menos pérdidas y 10 rebotes más. Los visitantes lo fallaban todo y su poca intensidad se evidenciaba con las escasas 8 personales cometidas en este primer tiempo.
Un 8-1 para abrir el segundo dejó claro que el conjunto baskonista no estaba. Jugaban sin alma ninguna. Un triple de Doellman en el minuto 26 marcó la máxima ventaja del Barça (58-33) y quien más quien menos empezó a pensar en el segundo partido, el domingo al mediodía.
Xavi Pascual pudo rotar mucho y repartir esfuerzos y aun así hubo nuevos máximas de 27 y 28 puntos de ventaja mediado el último periodo. Tomic y Satoransky destacaron con 22 de valoración cada uno jugando apenas 21 minutos. Adams, máximo anotador de la liga con más de 17 puntos de media, apenas anotó 2 y de tiros libres, buena prueba de la triste y desangelada versión baskonista que vimos.
84 – Barcelona: Satoransky (12), Navarro (7), Abrines (5), Doellman (6), Tomic (14) –cinco inicial–; Ribas (9), Vezenkov (5), Samuels (8), Oleson (3), Arroyo (8), Perperoglou (7).
57 – Laboral Kutxa: Adams (2), Roll (3), Hanga (15), I.Diop (-), Tillie (5) –cinco inicial–; James (8), Planinic (8), Shengelia (-), Bourousis (11), Bertans (5).